A los de Zumárraga nos llaman "otamotzak" por dos motivos mayormente: nuestro carácter brusco y bravío, y la abundancia de este espinoso arbusto de brillantes flores amarillas en nuestros montes, donde ocupa amplias extensiones de ladera que convierte en impracticables al paso humano, dada su tendencia a formar masas de matorral muy próximas entre ellas; resultando por tanto, la colonización masiva de montes casi al completo por este arbusto, donde no exista otra masa forestal que compita con él.
El término euskérico "otamotz" lo he visto traducido unas veces por "tojo", otras por "aulaga", otras por "genista". Sin embargo en castellano, son términos que designan a especies distintas, aunque visualmente muy parecidas entre sí. Como desconozco la traducción exacta del término en vascuence y tengo constancia de que en castellano mucha gente desconoce la diferencia entre estas especies, voy a tratar de aclararlo o tal vez de embrollarlo aún más.
Hay multitud de subespecies de Genista y algunas de ellas presentan espinas; una de ellas es la Aulaga alacranera, Genista scorpius, arbusto leguminoso caducifolio de hasta 1,5m. con tallos lampiños y acostillados donde se disponen agudas espinas alternas axilares, siendo las superiores simples y las inferiores divididas. Hojas escasas, simples y alternas. Flores en pequeños haces de tres o más unidades, con corola amariposada, glabra, amarillo gualda.
Su fruto es una legumbre larga y comprimida con dos a siete semillas parduzcas en su interior.
Florece de mayo a julio y forma matorrales de sustitución de encinares y quejigares, prefiriendo los sustratos calizos de subclimas secos.
Otras subespecies de Genista son la Aulaga almohadilada, Genista rigidissima, y la Genista de Elías y Senén, Genista eliassennenii, raros endemismos de la Península Ibérica. Son matas leñosas de hasta medio metro, espinosas, típicas de lugares secos y fríos.
El Tojo o Argoma, Ullex europaeus, es una leguminosa también y muy parecida a la Genista. A diferencia de esta prefiere los matorrales húmedos de influencia atlántica sobre sustratos preferiblemente silíceos en ambiente de hayedo o robledal. Es más temprano que la aulaga, floreciendo desde diciembre a junio y muestra una acusada tendencia a colonizar grandes extensiones de terreno (argomales).
Es un arbusto de hasta 2m., muy ramificado y espinoso, con ramas acostilladas y ramas cortas transformadas en espinas primarias rígidas de hasta 4cm. y las secundarias y terciarias insertas cerca de la base de las primarias, más o menos fasciculadas. Hojas sin estípulas reducidas a filodios rígidos y espinescentes. Flores amariposadas, amarillo gualda, con una bráctea en la base del pedicelo y dos bracteolas en lo alto del pedicelo. Fruto comprimido, dehiscente por dos valvas.
Parecido al Tojo es el Ullex gallii, que se distingue por tener las bracteolas de la flor muy estrechas, de menos de 1mm., o sea de anchura similar al pedúnculo que sustenta la flor y el cáliz provisto de pelos erizados. Es también de clima atlántico y querencias semejantes a la Argoma.
Pueden hacer ustedes también esta pequeña investigación botánica en su próximo paseo por las pistas de Beloqui, Izaspi o Samiño, lugares donde se localiza esta planta en abundancia, y tratar de aclarar cual de ellas es, si la argoma o la aulaga, el auténtico "otamotz" zumarratarra. Se divertirán mucho haciendo su paseo más didáctico con un interés añadido por la naturaleza de nuestro entorno que lo hará menos rutinario, aprenderán cosas interesantes haciendo sano ejercicio de forma amena, se darán cuenta una vez más de la maravilla que hay en estas pequeñas cosas que forman parte de nuestro paisaje cotidiano y volverán a sus casas siendo un poco mejores que antes. Todo ello completamente gratis.
No olviden comentarlo aquí cuando lo averigüen.
miércoles, 7 de septiembre de 2011
domingo, 4 de septiembre de 2011
Cómo hacer chuletas
Considero inmoral copiar en los exámenes, que quede claro así que jamás he copiado en mis exámenes de Módulo. He de confesarme, eso sí, impenitente pecador de tal materia grave en mis años de bachiller pajillero y perfecto gilipollas, pasando apuros con las Ciencias (vergüenza debería darme, lo sé) y sudando con el siempre elegante Latín (no me arrojen cacahuetes). Sí, lo confieso, yo inventé la usadísima y salvadora Chuleta de Doble Rollo. Estudiantes del mundo, inclinaos ante mi genio y pagadme los derechos de autor que vuestras carreras me deben.
Yo traje la Chuleta de Doble Rollo a Euskadi, chavales.
La C.D.R., Chuleta de Doble Rollo, es perfecta para los exámenes con grandes extensiones de texto plagadas de ideas que además deben ir bien encadenadas, como las largas y exigentes exposiciones en Filosofía o Literatura donde hay un sinfín de datos difíciles de memorizar. Estos exámenes se suelen realizar redactando ordenadamente todo lo que sepa uno sobre el tema propuesto, desarrollando las ideas en forma de ensayo expositivo por lo que es imprescindible cierta técnica literaria. Las chuletas hoja a hoja no son prácticas por la cantidad de texto a copiar y la necesidad de que este corra con ligereza entre los dedos para encontrar el tema que se necesita en el momento preciso.
Con el Doble Rollo esto está resuelto: una tira de papel contínua de unos cinco metros de largo enrrollada en los dos extremos dejando en el centro el texto a la vista. Se gira el rollo de un lado u otro según la dirección de texto que se desee, algo parecido a un moderno i-pad. Es fácil de ocultar bajo la palma de la mano y no se corre el peligro de que se le caigan a uno todas las chuletas al suelo; es fácil deshacerse de ella llegado el caso. Se pueden tener íntegros todos los apuntes que necesitemos en una sola chuleta gracias a su enorme capacidad, ya que se puede hacer todo lo larga que uno desee.
Preparando la Chuleta de Doble Rollo
Foto: B.R. el Blog de Bernar
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En los exámenes de exactas, la concisión es la que manda. Vaya por delante que no te valdrán de nada las chuletas en Matemáticas o Física y Química si no tienes ni idea, pero una formulita a tiempo puede ser la diferencia entre pasar a la Uni o perder el tren. La minúscula hojita de papel hábilmente oculta es en mi opinión la opción a tomar ya que pueden meterse todas las fórmulas necesarias en muy poco espacio; se oculta en cualquier sitio o en la misma mano y se la puede uno tragar rápidamente en caso de apuro. El bolígrafo Bic, con su cuerpo de caras planas, es ideal para este menester grabando con sutil aguja las salvadoras fórmulas en este discreto soporte. Las correas de reloj pueden servir también siempre que sean de material sintético de color negro: se usará un fino lapicero o bolígrafo negro cuyo trazo visto a contraluz revelará el críptico mensaje oculto a simple vista...
Especialmente socorridos en los exámenes de letras son los diccionarios de Latín o Griego, convertidos a la sazón en profundos baúles y aún pozos del conocimiento unos y en clandestinas bibliotecas otros, tal era la cantidad de apuntes que llegaban a contener con mayor o menor disimulo. Alguno casi doblaba las páginas del original. Yo solía llevar discretamente apuntadas las conjugaciones de verbos defectivos que no me las sabía bien: aunque me aconsejaran tener voluntad nunca dominé ni el moneo ni el volo ni el nolo.
A pesar de la invasión de la tecnología en el viejo arte de copiar en los exámenes, estos clásicos métodos siguen siendo de probada eficiencia y aunque parezca mentira, todavía burlan a cientos de docentes cada año. Pero una cosa es cierta: no te la juegues si puedes salir adelante estudiando aplicadamente. Tu propio esfuerzo te llevará mucho más lejos que todos los trucos que seas capaz de hacer porque a fin de cuentas si pasas un exámen con trampa, no sólo has engañado al profesor, engañas a los demás pretendiendo haber aprobado con unos conocimientos que no posees y que tarde o temprano se te pedirán.
En casi todos los países europeos el copiar en los exámenes se considera un fraude gravísimo que suele acabar no sólo con la carrera del mal estudiante sino con su prestigio personal y social, siendo incluso evitado por sus propios compañeros y amigos. Un político del que se descubriera tal falta no podría presentarse a nada ya que se le supondría una gran capacidad de engañar a sus semejantes.
Yendo más lejos, imagínense un médico que hubiera obtenido su título con trampas (es imposible, lo sé, pero imagínenlo por un momento), o un electricista a quien confían la instalación de su casa, o la sorpresa que se lleva un empresario cuando descubre que su empleado recién titulado es un fraude.
Aquí deberíamos esforzarnos tal vez algo más en tratar de erradicar esta fea costumbre. Ciertamente quien se acostumbra a medrar así puede que acabe siendo engaño tras engaño, mentira sobre mentira, uno de esos personajes sin integridad moral, fácilmente corrompibles por estar atrapados en el torbellino del mal, empanatanados en el lodazal de sus mentiras, cuyos actos suelen además influir negativamente en su entorno inmediato. Todos conocemos por desgracia algún caso.
Distinta suele ser por cierto la gente que acostumbrada a los resultados del propio esfuerzo sin trampas hace gala de su honestidad, siendo primero estudiantes limpios y luego buenos profesionales, optando por transitar por el camino del bien; hombres y mujeres buenos, casi héroes batiéndose el cobre en lo cotidiano cuyas vidas aunque más modestas tienen verdadero sentido y son un buen ejemplo para todos. Por suerte, de estos conocemos a muchos más que de los otros.
Aunque un pecadillo, ¿quién no lo ha hecho nunca?
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