lunes, 31 de octubre de 2011

Viaje a La Demanda.


Primeras nieves en La Demanda

La Sierra de La Demanda es una estribación del Sistema Ibérico, una alta sierra que atraviesa La Rioja y parte de Burgos por el Sur-Este. Es esta parte de Burgos la que por conocerla mejor, ya que soy medio criado allí, voy a recomendarles para realizar un interesante viaje de fin de semana con el aviso previo de que se abstengan de ir los que no tengan ningún interés por el monte, la Naturaleza o las Ciencias Naturales, los deportes al aire libre como bicicleta de montaña, equitación o senderismo, el turismo rural o la caza y la pesca. La  Sierra de La Demanda es una grandiosa escapada a un paraje salvaje, casi virgen en muchos lugares de fascinantes paisajes y variada biodiversidad, donde los aficionados a perderse en interminables senderos entre seculares bosques de robles y hayas de mágica quietud o los incansables del pedaleo campo a través encuentran su paraíso aun sin masificar, patrimonio afortunado de unos pocos conocedores que acuden siempre que pueden a sus casas de montaña primorosamente reconstruidas con el dinero de los que en su día emigraron.
El cruce de Aguas Juntas
La Demanda vende bien como reclamo turístico y por esto muchos pueblos se autotitulan como pertenecientes a la Sierra, pero los que somos de allí sabemos donde empieza realmente y cuales son sus pueblos. La auténtica Sierra de La Demanda comprende los pueblos de Pineda de la Sierra, Riocabado de la Sierra, Barbadillo de Herreros, Monterrubio de Demanda, Barbadillo del Pez, Huerta de Arriba, Quintanilla de Urrilla, Neila, Quintanar de la Sierra, Monasterio, Terrazas, Salas de Los Infantes y todos los pueblos comprendidos en este perímetro. Me olvido de algunos bastante importantes y no quiero que se enfaden mis paisanos: Vizcaínos cómo no con su famosa iglesia románica y también Contreras; y no olvido a los de Tinieblas allá perdidos en lo más profundo del colosal Mencilla, oscuro y misterioso, ni a Hoyuelos de la Sierra desde donde se avista el torreón de Castrovido ya lindando con Salas y el llano donde finaliza la Sierra y el paisaje cambia.
Rosario de pueblos y aldeas que conforman un peculiar paisanaje con las gentes que viven allí todo el año, incluso en las duras condiciones del largo invierno serrano con abundancia de hielo y nieve. Este duro clima cincela el carácter de las gentes que se vuelve bravío y montaraz, de pocas y precisas palabras en correcto castellano, recio y práctico, modelado por el monte y la meteorología. Por lo que es mejor dirigirse a ellos sin falsa modestia y sin darse uno importancia. Al momento ven la clase de pieza que va por el monte.


La impresionante vista desde el San Millán a 2132 m.
 
Una vez metidos en ruta, La Demanda va descubriendo sus tesoros a los asombrados ojos del viajero que lo primero que percibe es la grandeza del paisaje de montaña con altas cimas frecuentemente nevadas y valles boscosos con cristalinos ríos que terminan el trabajo que inició la geología y las fuerzas tectónicas. Se pueden tomar desde Burgos dos rutas ambas igual de interesantes: por la carretera a Soria, pasando por Salas de los Infantes, milenaria villa cuna del famoso cantar de gesta, y por la carretera a Logroño vía Ibeas de Juarros, famosa por sus alubias, desviándonos luego en Arlanzón hacia la Sierra. Desde Arlanzón ya podemos dejar el coche y recorrer en bicicleta de montaña el trayecto que nos queda hasta Riocabado de la Sierra, en el corazón de la Sierra, por la antigua vía del ferrocarril minero que está habilitada como pista de bicicleta de montaña y ruta de caminantes. Es una buena matada, para el que esté bien entrenado. Además se nota la altura. Se puede ir también en coche por la carretera un tanto baqueteada que les llevará pueblo a pueblo en un inolvidable recorrido entre altas montañas y bellos valles vírgenes que se pueden recorrer a caballo. En Pineda de la Sierra hay un picadero que además de maravillosos paseos por rutas seleccionadas ofrece clases de equitación y servicios como alquiler y cría del propio animal. Pineda además es probablemente el más bello pueblo de la Sierra, con sus impresionantes casonas de gruesa sillería rojiza y su espectacular iglesia románica; cuenta también con un par de buenos sitios para comer, donde se puede degustar una buena olla podrida o unas lonchas de cecina de jabalí si hay suerte.

Naturaleza prístina

Tras Pineda empieza un largo recorrido. Tras cruzar el Arlanzón empiezan las tierras de Riocabado de la Sierra, corazón real de La Demanda, recorridas por la sinuosa carretera que corre paralela al Arlanzón que nace en estos parajes aislados y de aspecto virgen, cubiertos de una densa mata forestal de robles y hayas donde abundan los corzos, lobos y multitud de especies que harán las delicias de cualquier aficionado a la Naturaleza, pues es la Naturaleza en su estado puro y salvaje, prístino e intacto, lo que rodea al viajero que se ve trasladado según avanza por la carretera, a un mundo primigenio y auténtico donde recupera el sentido verdadero de conceptos como belleza o proporción, ante el espectáculo que se le brinda a sus ojos. Al cabo de un rato, la carretera gira bruscamente y aparece de repente la desconcertantemente alta torre de la iglesia románica de Riocabado, fin de nuestro viaje, donde podremos descansar cómodamente en su bien provista y acogedora casa rural.


La coqueta casa rural "La antigua Olma", en Riocabado de la Sierra
Por el otro camino también es un viaje tan atractivo como el anterior, sólo que digamos un tanto más civilizado, con una subida menos pronunciada. Iremos, como antes comentaba, por la carretera a Soria hasta Salas de los Infantes. Esta ruta pasa al lado de los pueblos y no por su centro por ser una carretera más principal con mayor tráfico, por lo que el contacto con el paisaje no es tan directo. Pasaremos por algunas desviaciones a tener en cuenta como la que va a Cogollos nada más salir de Burgos o la que lleva a Covarrubias, imprescindible ciudad medieval donde se puede comer un excelente cordero asado. Una vez llegados a Salas, debemos desviarnos atravesando esta villa  hasta encontrar la carretera a Nájera que nos llevará hasta el corazón de La Demanda atravesando todos los pueblos que encuentra a su paso, entre ellos Castrovido con su torre fortaleza medieval en restauración. Después de Barbadillo del Pez empiezan las tierras de Riocabado, esta vez con la carretera pegada al Pedroso que corre tumultuoso barranco abajo entre un impresionante desfiladero de altos acantilados de piedra resquebrajada con robles firmemente anclados en las laderas casi verticales con las raices hundidas en los canchales de piedra desprendida por las heladas. La Fuente de La Salud, de cristalinas y gélidas aguas que manan del interior de la roca, es parada obligada de refresco y primer contacto con el aire frío y el silencio de la Sierra. Al salir de este desfiladero se llega al paraje conocido como Las Aguas Juntas (es mejor ir con unos mapas topográficos por estos sitios) de donde parte una desviación que tres sinuosos Km. después perdidos entre montes y profundos valles cubiertos de robles nos  lleva a Riocabado de la Sierra, donde por fin podremos disfrutar de la acogedora habitación que tendremos convenientemente reservada en la Casa Rural.



Riocabado de la Sierra, en el corazón de La Demanda
Hay una tercera ruta para los más aventureros: por la carretera a Soria. al llegar a Barbadillo del Mercado nos desviamos hacia Contreras por un espectacular paisaje montañoso hasta llegar a Vizcainos con su famosa iglesia románica. Desde allí, a Barbadillo del Pez y seguiremos como antes.
Y sin pasar por Burgos se puede tomar una desviación antes de la capital castellana que nos llevará directamente hasta Atapuerca, famosa por lo que todos saben, de allí llegaremos a Arlanzón y procederemos como en el primer caso.
Después de una buena ducha, cena y descanso estaremos preparados para afrontar la jornada siguiente, ya perfectamente aclimatados, no olvidemos que estamos a 1150 m. sobre el nivel del mar. Eso en la iglesia del pueblo. A partir de ahí, todo es subir. Se puede subir en una mañana hasta los 2132 m. del San Millán, una más que recomendable excursión a pié para la que iremos preparados suficientemente ya que pasaremos allí el día dado lo largo del recorrido. Apenas hay senderos y el camino se intuye bien campo a través, con lo que el contacto con el sustrato y la naturaleza es total, teniendo muchas veces la sensación de ser el primero que pasa por allí. Llevaremos suficiente agua, provisiones y protección contra los elementos ya que una vez superado el límite arbóreo no tendremos ninguna opción de encontrar sombra. Siempre será recomendable ir con alguien que conozca la zona o por lo menos con unos buenos mapas topográficos, brújula y por supuesto un buen bastón. Esto no es el Himalaya pero tampoco es como pasear por los domesticados montes de Aizkorri.

En ruta por la Sierra

Una vez en la cima podremos disfrutar de las espectaculares vistas que ofrece la montaña mientras recuperamos las fuerzas. La Sierra de La Demanda se despliega ante nuestros ojos como si cabalgásemos sobre el lomo de un gigantesco titán prehistórico. Más lejos, otras sierras, otras montañas azules en la lejanía: los Picos de Urbión, San Lorenzo, incluso el Moncayo entre la canícula. A nuestros pies, muchos kilómetros cuesta abajo, la Meseta es como un mar rosa desde donde nos hemos elevado. Se puede intuir Burgos en la lejanía. Con unos prismáticos este espectáculo es amplificado para nuestro deleite, llevar unos ligeros de campaña es imprescindible. La sensación de plenitud es embriagadora, total; el viento frío y purísimo, cargado de aromas del campo y del bosque.  Es un buen lugar para iniciarse en el montañismo: es un recorrido fácil siempre que no se vaya con nieve, tiene cierta altura y el premio obtenido compensa con creces el esfuerzo empleado.
Otra opción es recorrer en bicicleta de montaña las rutas montañeras. Los aficionados a este deporte suelen tomar la pista del antiguo Ferrocarril Minero habilitada para bicicleta y senderismo. Se puede ir hasta Arlanzón por esta vía pero en mi opinión llegar a Pineda o visitar el vecino Barbadillo de Herreros con sus interesantes ferrerías, anteriores a las guipuzcoanas, será suficiente para un día.

Equitación al aire libre en Pineda


También es un buen lugar para los aficionados a las Ciencias Naturales que en estos parajes encontrarán multitud de curiosos especímenes tanto zoológicos como botánicos. Yo mismo tuve la ocasión de observar una enorme Lycosa Gigantea o Araña Lobo, también conocida como Tarántula Europea, que al parecer también encuentra su hábitat en las altas estepas serranas. Esta enorme araña impresiona bastante por su tamaño y además su picadura produce tremebundas necrosis muy difíciles de curar, por lo que no se le debe molestar. Vive en agujeros en el suelo. Un botón de muestra de la biodiversidad de la Sierra.
Después de pasarnos todo el día trotando, unas buenas chuletas de cordero asadas a la parrilla con un buen Ribera nos repondrán como es debido, recuperando las proteínas y sales minerales consumidas en la caminata. Luego existe la opción de salir a la noche burgalesa que en verano es animada, nunca faltan pueblos en fiestas. Si no estamos para tales desmadres, una vuelta bajo las estrellas después de cenar puede ser una experiencia inolvidable y romántica sobre todo si se conoce algo de Astronomía; un poco de maría y nos podemos ir a la cama escuchando sólamente el rumor de los animales nocturnos y el río a lo lejos.

sábado, 15 de octubre de 2011

La pequeña fauna local: las arañas

No tendremos que desplazarnos mucho a nuestro alrededor hasta encontrar una araña de cualquier familia. En la pequeña fauna que nos rodea continuamente formando parte de nuestro entorno cotidiano, nuestro hábitat común, sin que apenas la percibamos como leve molestia en el peor de los casos, los arácnidos son los seres más abundantes y que cuentan con más variedad de familias entre nosotros. También son de los más útiles ya que consumen ingentes cantidades de otros insectos que se convertirían en plaga sin la eficaz acción de estos aliados de ocho patas.
Los arácnidos son un grupo de especies que comprenden escorpiones, amblipigios, pseudo-escorpiones, opiliones, ácaros y las arañas propiamente dichas. Poseen ocho patas y un exoesqueleto duro compuesto de queratina y quitina. Suelen poseer ponzoñas de diversa potencia que les sirven como arma de defensa y ataque, bien para la caza o bien para defenderse de otros animales.
En Guipúzcoa no se ha documentado que existan amblipigios, esos espantosos animales que parecen sacados de una película de terror, que se pueden encontrar en algunas cuevas del reseco territorio de Aragón. Tampoco existen escorpiones de ningún tipo. Nuestro clima atlántico no es el adecuado para estos seres. Pero sí es el clima perfecto para las arañas que por lo general adoran la humedad. También son relativamente frecuentes los pseudo escorpiones o escorpión de los libros, minúsculo bichito que anida en los libros y bibliotecas. A mí me salió uno en mi biblioteca que habíase instalado tras un libro viejo.
Entre nosotros son bien conocidos los opiliones, esos frágiles bichos de ocho largas patas finas como cabellos que sostienen una bolita menuda que es el cuerpo del animal. Este dispone de ojos y carece de glándulas venenosas. Los opiliones son omnívoros y suelen agruparse en comunidades de varios individuos.

Acrobático habitante de las paredes:
La conocida araña de las paredes de patas largas, pholcus phalangioides,
es de origen tropical aunque se encuentra perfectamente adaptada a la vi-
da en el interior de las casas donde consume gran cantidad de insectos.   

Las arañas propiamente dichas tienen una sobresaliente y fascinante cualidad: todas son capaces de segregar un líquido que al contacto con el aire se convierte en un resistente filamento de seda. Todos sabemos lo que son capaces de hacer con esa seda, así que no me detendré en esto. También tienen glándulas de veneno que inyectan con los quelíceros. Allí donde estemos, en los cien metros inmediatos a nuestro alrededor encontraremos con mucha facilidad varias especies tan comunes como interesantes.
¿Quién no tiene en su casa una araña de las paredes de patas largas o pholcus phalangioides? Son esas delicadas criaturas de patas finas y largas como los opiliones, pero con un cefalotórax y abdomen bien diferenciados, así como quelíceros que inyectan veneno. Tan frecuentes que pasan desapercibido, cuelgan sus finísimas e intricadas redes de los techos, donde atrapan toda clase de insectos y si es posible a otras arañas, incluso más grandes que ellas. Todo lo que cazan lo envuelven concienzudamente en seda. Si se les molesta, se agitan frenéticamente en la tela, aunque debo decir que he observado parecido comportamiento en las araneus diademata de jardín. Mudan de piel dos veces al trimestre y si falta alimento se comen sus propias crías, mudas y hasta la tela. Se tiene la creencia de que su ponzoña es una de las más venenosas pero no hay documentación fiable al respecto. Qué les puedo contar, a mí me han picado a cientos y nunca me ha pasado nada. Esta araña es de origen tropical y posteriormente se ha adaptado a todo el mundo.
Las inquietantes Tegenarias, tegenaria atrica,  son conocidas por todos, son esas arañas oscuras, grandes, peludas, que cualquiera ha podido ver en la bañera o el lavabo de su casa, con las largas patas extendidas en actitud defensiva o de alerta. El tamaño considerable de la araña y el contraste del color oscuro del animal sobre el fondo claro de los sanitarios provoca que su aparición produzca una fuerte ansiedad en el observador que lo percibe como mucho mayor de lo que en realidad es y no suele dudar en atacar al desdichado arácnido que en realidad se había despistado. Especialmente grandes son los machos con patas de más de 10 cm. Estas poderosas arañas muy hábiles tejedoras suelen fabricar extensas telas en forma de sábana que sujetan a las esquinas de los lugares donde no hay limpieza frecuente. En el vértice de la sábana fabrican un embudo que es su casa donde permanecen reposando la mayor parte del tiempo. Si una presa queda atrapada en la tela, la audaz tegenaria sale con prodigiosa velocidad del fondo del embudo atacando a la víctima a la que inocula rápidamente su veneno. Hecho esto, la lleva al fondo de su cueva para devorarla con tranquilidad. La tegenaria fue elegida araña europea del 2008.
Colgada del centro de la red:
Una colorida araneus diademata en su característica postura de reposo
Frecuentísimas en nuestro paisaje son las arañas de jardín, araneus diademata, antes epeira diadema, o arañas de la cruz, o araña de la diadema, inconfundibles con sus colores abigarrados con una gama que va desde el rojo o amarillento al gris, pardo e incluso negro; abdomen abultado con una marca blanca en forma de cruz en el dorso. Tejen sus telas en forma de malla espiral muy resistente y se cuelgan en su centro cabeza abajo. Los puentes colgantes se inspiran en las mismas leyes físicas e idénticos cálculos estructurales y de resistencia de materiales que sujetan la atrevida ingeniería de estas telarañas. Sin embargo la araña carece de inteligencia y realiza todo esto sin efectuar cálculo alguno, todo por puro instinto; así que cada ejemplar repite el motivo impreso en su código genético una y otra vez sin introducir ningún cambio en toda su vida, aunque se ha comprobado que con la experiencia pueden llegar a improvisar y variar algo el patrón de fabricación de la tela. Las últimas investigaciones apuntan a que la araña aprende con la experiencia y dispone de varios patrones de configuración que escoge según cómo las circunstancias sean dadas. Elegida araña europea del 2010.
Si nos detenemos a observar con detenimiento una pared de hormigón cualquiera, no tardará en hacer su aparición la araña saltadora o cebrada, salticus zebraneus, pequeña araña de unos cinco o seis mm. que vive en las paredes exteriores de las casas donde encuentra rugosidades, huecos, grietas y recovecos donde caza, tiene su casa y hace su vida. Es capaz de realizar prodigiosos saltos de varios cm. con inusitada rapidez y agilidad. En época nupcial, el macho danza delante de la hembra. Esta teje la tela y cuida de la puesta. Es una araña de vistoso diseño a franjas blancas y negras, de cuya observación podremos disfrutar con una buena lupa dado el pequeño tamaño del espécimen.
De tamaño algo mayor es la araña de agujero, eresus niger, de 8 a 16 mm., cuyo macho tiene un vistoso abdomen rojo con manchas negras. Viven en agujeros que almohadillan con seda. A la salida dispone una tapa protectora e instala hilos de control para la caza en los alrededores.
La colorida y estilosa araña tigre, argyope bruennichi, de bellas franjas de brillantes colores sobre fondo negro, se puede ver en praderas soleadas en verano. Tiene un buen tamaño, mayor que el de la araña de jardín de cruz. Esta elegante araña de largas patas tiende una tela en forma de red circular con un llamativo refuerzo de hilo en zig-zag en el centro de la estructura. Es una tela de hilos tan fuertes que se puede oir su chasquido si los rompemos. El motivo es que la especialidad alimentaria de la araña son los saltamontes cuyas fuertes patas necesitan unos hilos especialmente resistentes. También se merienda a su novio después de aparearse. Estos animales son solitarios empedernidos y no toleran a nadie cerca.
 Inquietante habitante de las esquinas: la audaz Tegenaria atrica es frecuente en las casas
 donde sus apariciones suelen producir un gran revuelo dado el considerable tamaño 
del animal y su poderosa presencia. A pesar de su impresionante aspecto, es inofensiva. 
También es frecuente en los campos la araña del laberinto, agelena labyrinthica, una excepción en la extraña sociedad de las arañas, ya que tolera nidos cercanos con inusual indiferencia. Es frecuente ver campos en talud casi cubiertos con las telarañas de esta especie, o matorrales, setos, etc. donde le gusta anidar. No es tan oscura como la tegenaria y prefiere los exteriores bien ventilados; es una araña de color pardo grisáceo nada llamativo de tamaño algo menor que aquella y largas patas. Las construcciones de esta artista de la arquitectura son intricados laberintos de fina seda con un profundo embudo finamente tejido donde vive la araña esperando que algún incauto se enrede en su sofisticado dédalo. Entonces salta sobre ella con pasmosa velocidad y le inocula su veneno. Luego la lleva al fondo de su cueva donde la devorará en ese momento, o la envolverá en seda y la guardará para más tarde. Es la araña europea del 2011.
Ahora en otoño se puede ver en el bidegorri en dirección Azcoitia un curioso y macabro espectáculo. Por lo visto las arañas diademata están en plena eclosión entre Agosto y Octubre y se encuentran por todas partes, especialmente bajo las farolas, donde la abundancia de insectos es tal que las arañas toleran su propia proximidad y tienden docenas de telas, dando una siniestra exhibición de caza de insectos que caen en las redes por cientos. Se pueden ver a las arañas contra la luz descolgándose rápidas por los hilos unas, otras atrapando presas y envolviéndolas afanosamente en seda, procurando no perder ni un pobre mosquito. Es tal la cantidad de arañas que se acumulan que el paseo puede llegar a ser un tanto molesto para personas con cierta sensibilidad o prevención hacia los insectos.
Para los demás espero que esto les sirva para aumentar su curiosidad y disfrutar algo más de las pequeñas maravillas que casi sin darnos cuenta de su existencia, nos rodean por todas partes y sin que lo percibamos así, son mucho más importantes para nuestra vida, bienestar y comodidad de lo que imaginamos. Y además de brindarnos sus impagables servicios también son interesante objeto de estudio que sin duda hará las delicias de los aficionados a las Ciencias Naturales, añadiendo un interés estimulante y didáctico al consuetudinario paseo de cada día, a la vez que ese noble interés nos convierte en mejores personas y todo ello sin gastarnos ni un céntimo, vaya.

domingo, 2 de octubre de 2011

Mujeres, al paritorio; hombres, al cagadero. 2ª parte.



Foto: B.R. el Blog de Bernar
Escuchad de nuevo, piara degenerada. Mostaganes sin remedio.
Oh hombres en la edad viril, de penes pesados como badajos que cada vez os cuesta más levantar. De prominentes barrigas que os impiden ver vuestro propios miembros, que un día fueran desafiantes pitilines envarados, hoy devenidos en morcillones caducos. Usuarios de calzoncillo extenso como paracaídas, con sempiterno rastro de vil palomino marrón nicotina. Marranos que aún no habéis aprendido ni a limpiaros el culo.
Oh mujeres matriarcas de pechos extenuados por las lactancias y pezones extendidos como rosadas tortillas, amantes decepcionadas de vuestros maridos, tristes matrices abandonadas a su suerte después de utilizadas; vosotras a quienes se destinó a la producción de mamarrachos desagradecidos en lúgubres paritorios, cautivas en el falso matriarcado intramuros, devastadas por las humillaciones y abusos de los hombres que no merecieron jamás vuestro amor, escuchad bien.
Foto: B.R. el Blog de Bernar
Limpiad vuestros oídos mugrientos e intentad escuchar, tratad de comprender con lo que os queda de inteligencia humana. Vosotras que habéis probado ya las delicias del paritorio, vosotros que retozáis gozosos cada día en el cagadero.
Pues son incontables ya los años que lleváis sumergidos hasta el cuello en el lodazal de vuestra impiedad, en el tumulto enloquecido y disoluto, dándoos al desenfreno y a la molicie. Exponiendo,  sin el mínimo asomo de pudor ni piedad,  a los niños al escándalo convertidos en objetos de consumo, en símbolos de bienestar, en mascotas de ultralujo. Las niñas, patéticas aprendizas de meretriz;  los niños,  rufianes prematuros. Da vergüenza ver la conducta de algunos de estos niños y niñas, fiel reproducción de lo que absorben mirando a los adultos. Más vergüenza da aún ver a los padres de estos desdichados infelices, promotores de tan inapropiadas conductas.  Los jóvenes, buscando su futuro en el muladar inmundo de la televisión unos; otros, con el beneficio rápido a cualquier precio, sin complicaciones morales, como meta.  Y aún osáis preguntaros de donde vinieron los males que nos azotan como plaga de langosta, cómo hemos llegado a tan grave desmoronamiento social y moral, a esta ciudadanía podrida que ya no respeta ni la decencia, ni el derecho.
Llega el momento de la depuración de responsabilidades, del Juicio Final. Sí, arrepentíos pecadores impenitentes e irredentos. Nuestra hora está a punto de cumplirse. Hemos colmado la medida de la más abyecta depravación.
Oh Mujeres, ¿qué os han hecho?. Os han arrancado vuestro corazón de oro, colocando en su lugar una caja de hierro llena de gusanos: envidia, deseo, competición.
Foto: B.R. el Blog de Bernar
Oh proctófilos, que habéis convertido la nación en letrina con puerta de atrás, mejorando vuestro status quo a base de subvenciones robadas a las familias, prostituyendo el sagrado vínculo del matrimonio que pretendéis equiparar a vuestra coyunda infame, que no es más que simplegma degenerado, brutal y vicioso entre hombres invertidos, disolutos en la más pecaminosa crápula, cubiertos de vuestras propias heces fecales untadas sobre vuestras pieles como un paté inmundo, gozando alegremente cual puercos bestializados en la pocilga del cagadero. Semen desperdiciado en el ano de los cerdos.
Oh banqueros y políticos, contubernio infame de unos que se dedican a deshauciar y arruinar a los indefensos con el consentimiento cómplice de los otros que en lugar de proteger al pueblo, que los alzó próceres, se dedican a procurarse la mayor porción posible en el reparto de la nación, promulgando leyes que autorizan el robo con eufemismos rastreros y cláusulas imposibles de cumplir,  traicionando con frialdad criminal a quienes depositaron su confianza en ellos. Jugándose en timbas bursátiles, en quilombos financieros, en lupanares monetarios,  el dinero de todos para luego venir, con todo el cinismo que un sinvergüenza pueda tener, a pedirlo al pueblo cuando todo se ha perdido por su culpa, convirtiendo la ley en atraco con guante blanco,  para despacharnos finalmente con sonrisa disciplente y palmadita en la espalda, tras habernos sacado de nuevo los cuartos, una vez más engañados e indefensos rumbo al cagadero.
Cuando era niño contemplé un extraño espectáculo. Tenía un tío en la sierra que era carnicero y mataba él su propio ganado. Aquel día coincidió con que era día de matanza. Los corderos esperaban a oscuras, en silencio como dice la película pero con una agitación palpable que presentía la tragedia. Uno tras otro eran conducidos a través de un pasillo, al degolladero donde esperaba el carnicero con su afilado cuchillo de degollar, ancho y largo. No daré detalles de cómo usaba el cuchillo, de la manera terrible y decidida de matar sin dolor a un cordero, sin que sufra y ni se entere de que lo están matando. Morían mansamente sin apenas patalear, entregando sumisos su garganta al carnicero, y lo único que hacían sin emitir un gemido, la mínima queja, nada que denotase sufrimiento, era cagar.
Cagar y cagar, lo único que hacían. Pobres animales. Tal vez su única triste e inaudible queja. Mi hermano y mi primo no podían mirar pero yo estaba fascinado por la sangre corriendo y el espectáculo macabro de tanta muerte, que Dios me perdone por mi soberbia.
Foto: B.R. el Blog de Bernar
Los corderos se cagaban abundantemente, una larga cascada de cagarrutas,  mientras eran degollados, vaciando su intestino por completo. Un barreño de acero inoxidable colocado debajo del cuello recogía toda la sangre abundantemente vertida, de un refulgente escarlata al sol de la tarde. Servía para morcillas y otras sabrosas elaboraciones. Del cordero luego se aprovechaba hasta las pezuñas. Lo que más me gustaba ver era el despiece del animal una vez desangrado y desollado, con todos sus órganos limpios expuestos. Mi tío a la vista de mi científica curiosidad dióme todo tipo de detalles sobre la anatomía de la res: bofes, hígado, intestinos, músculos, señalaba cada una de las partes con sus nombres y utilidad. Todo es comestible o utilizable en el cordero,  hasta los huesos. También se hacen bellas prendas con su fina piel, que era parte del negocio.
Tal vez nos estemos convirtiendo en algo parecido, en mansos corderos viviendo en el engaño del cómodo establo hasta que llega la hora del carnicero al que nos sometemos además con sumisión y alegría estúpidas. Pastoreados por pistoleros y sacrificados por facinerosos, exprimidos hasta la última gota.
Mujeres, al paritorio; hombres, al cagadero.