No tendremos que desplazarnos mucho a nuestro alrededor hasta encontrar una araña de cualquier familia. En la pequeña fauna que nos rodea continuamente formando parte de nuestro entorno cotidiano, nuestro hábitat común, sin que apenas la percibamos como leve molestia en el peor de los casos, los arácnidos son los seres más abundantes y que cuentan con más variedad de familias entre nosotros. También son de los más útiles ya que consumen ingentes cantidades de otros insectos que se convertirían en plaga sin la eficaz acción de estos aliados de ocho patas.
Los arácnidos son un grupo de especies que comprenden escorpiones, amblipigios, pseudo-escorpiones, opiliones, ácaros y las arañas propiamente dichas. Poseen ocho patas y un exoesqueleto duro compuesto de queratina y quitina. Suelen poseer ponzoñas de diversa potencia que les sirven como arma de defensa y ataque, bien para la caza o bien para defenderse de otros animales.
En Guipúzcoa no se ha documentado que existan amblipigios, esos espantosos animales que parecen sacados de una película de terror, que se pueden encontrar en algunas cuevas del reseco territorio de Aragón. Tampoco existen escorpiones de ningún tipo. Nuestro clima atlántico no es el adecuado para estos seres. Pero sí es el clima perfecto para las arañas que por lo general adoran la humedad. También son relativamente frecuentes los pseudo escorpiones o escorpión de los libros, minúsculo bichito que anida en los libros y bibliotecas. A mí me salió uno en mi biblioteca que habíase instalado tras un libro viejo.
Entre nosotros son bien conocidos los opiliones, esos frágiles bichos de ocho largas patas finas como cabellos que sostienen una bolita menuda que es el cuerpo del animal. Este dispone de ojos y carece de glándulas venenosas. Los opiliones son omnívoros y suelen agruparse en comunidades de varios individuos.
Las arañas propiamente dichas tienen una sobresaliente y fascinante cualidad: todas son capaces de segregar un líquido que al contacto con el aire se convierte en un resistente filamento de seda. Todos sabemos lo que son capaces de hacer con esa seda, así que no me detendré en esto. También tienen glándulas de veneno que inyectan con los quelíceros. Allí donde estemos, en los cien metros inmediatos a nuestro alrededor encontraremos con mucha facilidad varias especies tan comunes como interesantes.
¿Quién no tiene en su casa una araña de las paredes de patas largas o pholcus phalangioides? Son esas delicadas criaturas de patas finas y largas como los opiliones, pero con un cefalotórax y abdomen bien diferenciados, así como quelíceros que inyectan veneno. Tan frecuentes que pasan desapercibido, cuelgan sus finísimas e intricadas redes de los techos, donde atrapan toda clase de insectos y si es posible a otras arañas, incluso más grandes que ellas. Todo lo que cazan lo envuelven concienzudamente en seda. Si se les molesta, se agitan frenéticamente en la tela, aunque debo decir que he observado parecido comportamiento en las araneus diademata de jardín. Mudan de piel dos veces al trimestre y si falta alimento se comen sus propias crías, mudas y hasta la tela. Se tiene la creencia de que su ponzoña es una de las más venenosas pero no hay documentación fiable al respecto. Qué les puedo contar, a mí me han picado a cientos y nunca me ha pasado nada. Esta araña es de origen tropical y posteriormente se ha adaptado a todo el mundo.
Las inquietantes Tegenarias, tegenaria atrica, son conocidas por todos, son esas arañas oscuras, grandes, peludas, que cualquiera ha podido ver en la bañera o el lavabo de su casa, con las largas patas extendidas en actitud defensiva o de alerta. El tamaño considerable de la araña y el contraste del color oscuro del animal sobre el fondo claro de los sanitarios provoca que su aparición produzca una fuerte ansiedad en el observador que lo percibe como mucho mayor de lo que en realidad es y no suele dudar en atacar al desdichado arácnido que en realidad se había despistado. Especialmente grandes son los machos con patas de más de 10 cm. Estas poderosas arañas muy hábiles tejedoras suelen fabricar extensas telas en forma de sábana que sujetan a las esquinas de los lugares donde no hay limpieza frecuente. En el vértice de la sábana fabrican un embudo que es su casa donde permanecen reposando la mayor parte del tiempo. Si una presa queda atrapada en la tela, la audaz tegenaria sale con prodigiosa velocidad del fondo del embudo atacando a la víctima a la que inocula rápidamente su veneno. Hecho esto, la lleva al fondo de su cueva para devorarla con tranquilidad. La tegenaria fue elegida araña europea del 2008.
Colgada del centro de la red: Una colorida araneus diademata en su característica postura de reposo |
Frecuentísimas en nuestro paisaje son las arañas de jardín, araneus diademata, antes epeira diadema, o arañas de la cruz, o araña de la diadema, inconfundibles con sus colores abigarrados con una gama que va desde el rojo o amarillento al gris, pardo e incluso negro; abdomen abultado con una marca blanca en forma de cruz en el dorso. Tejen sus telas en forma de malla espiral muy resistente y se cuelgan en su centro cabeza abajo. Los puentes colgantes se inspiran en las mismas leyes físicas e idénticos cálculos estructurales y de resistencia de materiales que sujetan la atrevida ingeniería de estas telarañas. Sin embargo la araña carece de inteligencia y realiza todo esto sin efectuar cálculo alguno, todo por puro instinto; así que cada ejemplar repite el motivo impreso en su código genético una y otra vez sin introducir ningún cambio en toda su vida, aunque se ha comprobado que con la experiencia pueden llegar a improvisar y variar algo el patrón de fabricación de la tela. Las últimas investigaciones apuntan a que la araña aprende con la experiencia y dispone de varios patrones de configuración que escoge según cómo las circunstancias sean dadas. Elegida araña europea del 2010.
Si nos detenemos a observar con detenimiento una pared de hormigón cualquiera, no tardará en hacer su aparición la araña saltadora o cebrada, salticus zebraneus, pequeña araña de unos cinco o seis mm. que vive en las paredes exteriores de las casas donde encuentra rugosidades, huecos, grietas y recovecos donde caza, tiene su casa y hace su vida. Es capaz de realizar prodigiosos saltos de varios cm. con inusitada rapidez y agilidad. En época nupcial, el macho danza delante de la hembra. Esta teje la tela y cuida de la puesta. Es una araña de vistoso diseño a franjas blancas y negras, de cuya observación podremos disfrutar con una buena lupa dado el pequeño tamaño del espécimen.
De tamaño algo mayor es la araña de agujero, eresus niger, de 8 a 16 mm., cuyo macho tiene un vistoso abdomen rojo con manchas negras. Viven en agujeros que almohadillan con seda. A la salida dispone una tapa protectora e instala hilos de control para la caza en los alrededores.
La colorida y estilosa araña tigre, argyope bruennichi, de bellas franjas de brillantes colores sobre fondo negro, se puede ver en praderas soleadas en verano. Tiene un buen tamaño, mayor que el de la araña de jardín de cruz. Esta elegante araña de largas patas tiende una tela en forma de red circular con un llamativo refuerzo de hilo en zig-zag en el centro de la estructura. Es una tela de hilos tan fuertes que se puede oir su chasquido si los rompemos. El motivo es que la especialidad alimentaria de la araña son los saltamontes cuyas fuertes patas necesitan unos hilos especialmente resistentes. También se merienda a su novio después de aparearse. Estos animales son solitarios empedernidos y no toleran a nadie cerca.
También es frecuente en los campos la araña del laberinto, agelena labyrinthica, una excepción en la extraña sociedad de las arañas, ya que tolera nidos cercanos con inusual indiferencia. Es frecuente ver campos en talud casi cubiertos con las telarañas de esta especie, o matorrales, setos, etc. donde le gusta anidar. No es tan oscura como la tegenaria y prefiere los exteriores bien ventilados; es una araña de color pardo grisáceo nada llamativo de tamaño algo menor que aquella y largas patas. Las construcciones de esta artista de la arquitectura son intricados laberintos de fina seda con un profundo embudo finamente tejido donde vive la araña esperando que algún incauto se enrede en su sofisticado dédalo. Entonces salta sobre ella con pasmosa velocidad y le inocula su veneno. Luego la lleva al fondo de su cueva donde la devorará en ese momento, o la envolverá en seda y la guardará para más tarde. Es la araña europea del 2011.
Ahora en otoño se puede ver en el bidegorri en dirección Azcoitia un curioso y macabro espectáculo. Por lo visto las arañas diademata están en plena eclosión entre Agosto y Octubre y se encuentran por todas partes, especialmente bajo las farolas, donde la abundancia de insectos es tal que las arañas toleran su propia proximidad y tienden docenas de telas, dando una siniestra exhibición de caza de insectos que caen en las redes por cientos. Se pueden ver a las arañas contra la luz descolgándose rápidas por los hilos unas, otras atrapando presas y envolviéndolas afanosamente en seda, procurando no perder ni un pobre mosquito. Es tal la cantidad de arañas que se acumulan que el paseo puede llegar a ser un tanto molesto para personas con cierta sensibilidad o prevención hacia los insectos.
Para los demás espero que esto les sirva para aumentar su curiosidad y disfrutar algo más de las pequeñas maravillas que casi sin darnos cuenta de su existencia, nos rodean por todas partes y sin que lo percibamos así, son mucho más importantes para nuestra vida, bienestar y comodidad de lo que imaginamos. Y además de brindarnos sus impagables servicios también son interesante objeto de estudio que sin duda hará las delicias de los aficionados a las Ciencias Naturales, añadiendo un interés estimulante y didáctico al consuetudinario paseo de cada día, a la vez que ese noble interés nos convierte en mejores personas y todo ello sin gastarnos ni un céntimo, vaya.
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