martes, 31 de enero de 2012

Hispano-Suiza

El más deseado: Logotipo de la Hispano-Suiza.
"Los carros asolarán los caminos,
se desafiarán unos a otros,
brillarán como antorchas,
correrán como relámpagos"



El esbelto emblema de Hispano-Suiza define la filosofía
de la marca. Remataba elegantemente el radiador.

Hasta 1936 un automóvil prodigioso por su belleza y avanzadas prestaciones no tuvo rival en los circuitos y en los concesionarios más prestigiosos, reinando sobre todas las demás grandes marcas de automóviles como De Dion, Daimler o Rolls-Royce, la única que osó ponerse a la altura de su rival siendo tras su desaparición una digna sustituta en el mercado del ultralujo, aunque sin aproximarse al carácter deportivo e innovador de la mítica marca española: la Hispano-Suiza.
Mientras otras marcas basaban el concepto de lujo en añadir caros y pesados materiales, cuanto más mejor, los atrevidos y futuristas diseños y soluciones técnicas de Hispano-Suiza arrasaban entre los clientes más exigentes y los compradores más ricos que sucumbían ante el irresistible encanto, potencia y deportividad de los bellos modelos. Hispano-Suiza no sólo fabricaba los preciosos vehiculos de lujo con los materiales más caros. novedosos y exquisitos, tenía el añadido de la tecnología automovilística puntera en el momento, lo que aportaba a sus coches una potencia y velocidad nunca vista hasta entonces que literalmente humillaba a sus rivales. Hay que tener en cuenta que al igual que Rolls Royce, Hispano-Suiza fabricaba motores de aviación. Ningún potentado del momento podía dejar de tener un Hispano-Suiza en sus cocheras.
Fueron los empresarios D. Damián Mateu y D. Francisco Seix junto con el ingeniero suizo Markos Birkigt quienes con un capital de 500.000 pesetas pusieron en marcha la empresa en 1904. Pronto llegaron sus primeros éxitos, sucesivas ampliaciones de capital y nuevos modelos, como el primer seis cilindros hecho en España, que continuaron su trayectoria de buen hacer. La competición dio gloria a la marca, aún no había llegado Enzo Ferrari con sus caballos locos, y en pocos años se convirtió en un mito imbatible, catapultando el éxito de la Hispano-Suiza y situándola en el primer lugar entre las grandes marcas, lugar que sigue ocupando entre los aficionados al motor clásico. O no tan clásico.

Hispano-Suiza HS-21 GTS: Los nuevos Hispano-Suiza mantienen lo que dió fama y mito a la marca: deportividad, tecnología punta, potencia y diseño en automóviles de ensueño que hacen palidecer a los de su propia categoría.
Un nuevo portento automovilístico rugió por los circuitos de prueba entrado el s.XXI. Retomada la empresa en los años 90 por la empresa de ingeniería MAZEL con el apoyo de capital del grupo Peralada, el espíritu de alta competición volvió a latir en el corazón de un automóvil con el mítico logo en su calandra.
Presentado en el salón de Ginebra en el 2000, el Hispano-Suiza HS 21 causó sensación. Un par de años después se presentó en el mismo salón el Hispano-Suiza HS 21 GTS, un impresionante bólido de competición V8 con 600CV de potencia. La garza de plata levantaba el vuelo volviendo a deslumbrar al mundo. Más y mejor que antes.

El impresionante Hispano-Suiza H.S. 21 no necesita comentarios.
Hubo incluso un indigno intento de apropiación indebida de la marca por parte de la empresa Delmar 04 que presentó en el 2002 en Ginebra un V10 de diseño un tanto orientalizante con un logo que imitaba la marca o más bien la falsificaba descaradamente induciendo a confusión a los posibles clientes; sin dejar de ser un deportivo potente, encendió la mecha del escándalo y actualmente el asunto está en los tribunales.
En el mercado de las berlinas de clase alta, Hispano-Suiza dispone del distinguido modelo K8, pensado para los usuarios ricos que gusten de realizar largos viajes por carretera con su pareja, disfrutando de un comfort, exclusividad y deportividad absolutos.
Naturalmente, son coches pensados para una élite de población muy determinada. Estos coches son unos de los más caros del mundo. Cualquiera no puede ni podrá nunca disfrutar de un Hispano-Suiza, salvo del goce de su contemplación si lo ve aparcado en algún lugar. Hay que ser bastante rico para poder comprarse uno. Si están entre estos afortunados, los que se pueden interesar por un Veyron o un Banquish, demuestren su buen gusto y conocimiento del arte de vivir poseyendo uno de estos automóviles exclusivos y distinguidos. 

 

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