jueves, 29 de diciembre de 2011

Los árboles autóctonos: frondosas


No todos los árboles con que nos cruzamos en nuestro paseo diario son de nombre conocido para nosotros. De hecho aparte de los consabidos robles y hayas, por lo general ignoramos de qué especie son casi todos los demás, a pesar de estar rodeados de alisos, fresnos, encinas, coníferas, sauces y un amplio abanico de especies habituales en nuestros montes y parques. Unas porque forman parte del ecosistema autóctono y otras porque su porte o belleza las hacen deseables como arbol ornamental, siendo algunas de estas últimas de procedencia exótica como las sequoyas, los cedros o los magnolios que encontramos con frecuencia en los jardines públicos.

Roble joven: este quercus robur es uno de los muchos que se encuentran
en nuestro entorno próximo. Hibridan con facilidad con el Roble albar, por
lo que es difícil distinguirlos. Foto: B.R. el Blog de Bernar

Empecemos con las especies locales más conocidas, todas ellas frondosas de gran porte y hoja caduca. Las coníferas fueron introducidas para paliar la deforestación una vez desaparecida gran parte del bosque primigenio que cubría nuestros montes, que junto con un espeso sotobosque formaba una rica y enmarañada selva. De ellas me ocuparé en otro artículo.

Todos sabemos qué aspecto tiene un roble: es ese recio árbol de gran porte con amplia copa con grandes ramas en desarrollo y esas típicas hojas con muchos lóbulos que aparecen en el escudo de Guipúzcoa como símbolo de fuerza. También lo conocemos por sus bellotas a pesar de no ser el único árbol que produce este fruto. La madera de roble, resistente y duradera, se utilizó en construcción para gruesas vigas, tabiques y suelos de tablazón, y para toda obra que requiriese especial resistencia y durabilidad; los restos como pequeñas ramas, etc. son excelente leña para chimeneas ya que es una madera que tiene un gran poder calorífico. Aquí se da mayormente el Roble Albar, Quercus petraea, y el también conocido como Carballo Quercus robur, una de las muchas subespecies peninsulares de roble.
También fue muy utilizada la madera de encina muy rica en tanino por lo que no se pudre. Gruesas tablazones de encina hacían rebotar las balas de cañón en los barcos de guerra de antaño y sus bellotas alimentan a extensas piaras de cerdos dando fino gusto a sus carnes. Era árbol protector y simbólico para los druidas, como se puede ver en el encinar o artadi detrás de la Antigua, un antiquísimo lugar de culto precristiano que debería permanecer intacto y protegido de todo tumulto y perturbación. Estas encinas de la Antigua son sin duda uno de los mejores grupos de árboles plantados por la mano del hombre que hay en Zumárraga; tienen un grandioso porte de más de 20 m. de alto pero aún son bastante jóvenes. Pueden llegar a medir 40 m. y dar toneladas de bellota.



Alisos en el Urola: los Alisos, Alnus glutinosa, gustan de la cercanía del agua y
son frecuentes bordeando cursos fluviales. Su esbelto porte y sus hojas verde oscuro,
los hacen inconfundibles Foto: B.R. el Blog de Bernar
Muchos se preguntan qué árboles son esos que bordean el río, de brillantes hojas verde oscuro, por lo general bastante altos, más de 25 o 30 m., con un tronco central recto del que salen las ramas laterales cubierto de una corteza oscura, negra cuando se moja con la lluvia. Son de esos árboles sin nombre a los que se suelen referir como "aquellos árboles" pero tienen nombre y uso: son los Alisos, Alnus glutinosa, árboles de bello porte cuya madera se utiliza para instrumentos musicales. Su tronco central es alto y esbelto; hojas redondeadas, obovoides, doblemente dentadas, lampiñas de color verde intenso, pegajosas en su juventud. Su fruto, una pequeña piña ovalada, les hace fácilmente reconocibles. Crecen a orillas de los cursos fluviales proporcionando zonas de grata sombra que favorecen la formación de sotobosque y vegetación ribereña lo que ayuda a ralentizar las aguas cuando se desbordan los cauces fluviales.
Igualmente, son frecuentes los fresnos formando parte del bosque y en valles y paseos; el Fresno común, Fraxinus excelsior, es un árbol generalmente de buen porte con ramas verde grisáceas. Yemas negruzcas ovoides. Hojas compuestas muy características, imparipinnadas con 4 ó 5 pares de pínnulas; foliolos sentados, ovoides lanceolados, largamente acuminados, cuneiformes en la base, con bordes dentados con dientes pequeños y agudos, lampiños. Flores desnudas, hermafroditas. El fruto es una nuez estrecha alargada de color marrón brillante, sobre pedúnculos colgantes. Florece de abril a mayo. Su madera blanca y muy dura se usa en ebanistería y para fabricar esos bastones con los que los maestros ingleses descostillaban a sus desdichados mozalbetes.
El Sauce común o Sauce caprino, Salix caprea, tal vez el más frecuente de nuestros arbustos silvestres, abunda en las lindes y claros de bosque, laderas, regatos y en cualquier ladera o descampado húmedo. Es un arbusto densamente ramificado, con hojas alargadas, irregularmente dentadas, grises en el envés y brillantes en el haz. Sus flores con estambres amarillos en forma de cola de zorro anuncian la primavera en marzo. De su corteza se extrae el ácido acetil salicílico.
También es medicinal la corteza del Abedul, Betula pendula, de inconfundible color blanco con vetas horizontales, es un árbol de buen porte con troncos delgados y erguidos. Hojas de romboidales a cordiformes trígonas, ligeramente acuminadas, lampiñas, doblemente aserradas. Adquieren un bello tono amarillo brillante en otoño y un fresco verde claro en verano, por lo que se usan en parques. Crece silvestre en bosques, laderas y rocas. Florece en Abril y Mayo.
Junto con el roble, el árbol característico de nuestro ecosistema es el Haya, Fagus sylvatica, que antaño formó un denso bosque en el macizo de Izaspi. En su estado natural, sin intervención humana, un haya se hace gigantesca: posee un gran tronco central recto y grueso que puede alcanzar en pleno desarrollo más de 40m. de altura. Este tipo de haya aún se puede ver en la Sierra de la Demanda. En nuestro entorno, sin embargo, este tronco central se corta dejando que las ramas laterales se desarrollen verticalmente formando nuevos troncos secundarios sobre un grueso y corto tocón, resto del primitivo tronco central que sigue creciendo en grosor soportando toda la estructura del árbol que adquiere el desarrollo característico de las hayas locales. Estos nuevos troncos cuando alcanzan grosor suficiente siguen proporcionando madera con cortas selectivas que permiten al árbol seguir su desarrollo sin sufrir daños. La madera de haya es muy compacta, no se aprecian vetas, es de color claro rojizo muy bello y se puede mecanizar con mucha precisión, por lo que es muy apreciada en ebanistería.

Grupo de abedules: el Abedul, Betula pendula, es frecuente en los bosques y
utilizado como árbol ornamental en parques. El tono dorado de la hojas
alarga la escasa luz invernal. Su característica corteza blanca es medicinal.
Foto: B.R. el Blog de Bernar

El haya posee una dura corteza gris claro, hojas pecioladas con el borde casi entero, anchas ovoides, cuneiformes en la base, lampiñas. Flores femeninas en grupos de dos envueltas en una cúpula que se abre a través de cuatro valvas. Fruto hidehiscente trígono, el conocido hayuco sustento de muchos animales: desde ardillas que los coleccionan con delirio,  hasta ciervos y jabalíes. Yo también los he probado y no están mal, qué les voy a decir. Con buen apetito, ya se sabe.
Imprescindible fuente de sustento para el paseante y el animal del bosque es el Castaño, Castanea sativa, cuyo sabroso fruto todos hemos disfrutado con fruición en nuestros paseos otoñales. Es de tronco corto y corteza gris oscura. Hojas con peciolos cortos, alargadas lanceoladas, recias, muy aserradas. Flores masculinas en fascículos erectos y femeninas solitarias o en grupos de dos o tres. Su fruto es la conocida castaña marrón oscura brillante y coriácea. Lo malo de nuestros castaños silvestres es que les gustan los terrenos de difícil acceso tales como escarpadas laderas o profundas vaguadas. Buena suerte.
Si no les agradan esas aventuras siempre pueden probar con los fáciles avellanos que pueblan el Bidegorri y muchos setos y jardines. También se encuentra silvestre y es una melancólica estampa típica de enero la de los avellanos en flor bajo la persistente y fría lluvia. Es una de las plantas que florecen antes con flores masculinas en forma de amento de hasta 5 cm. de largo y las femeninas enanas gemiformes con dos estigmas filiformes. El Avellano, Corylus avellana, es un arbusto muy ramificado con varas largas y rectas muy utilizadas como bastón, hojas pecioladas de obovoides a redondeadas, doblemente aserradas.
Hoy se pueden ver nogales plantados para explotación, apenas quedan silvestres cubriendo el suelo del bosque con su densísima sombra. El Nogal, Juglans regia, de bella madera noble muy apreciada, lo que motivó su sobretala y casi desaparición de nuestros bosques, es una frondosa de buen porte, hojas imparipinnadas con tres o cuatro pares de foliolos verde oscuros, olorosos, con el borde entero, ovoides. Flores masculinas como amento en las axilas de los retoños del año anterior y femeninas como estigma en los extremos de los retoños anuales. Fruto en drupa con endocarpo duro, la nuez comestible que todos conocemos, el resto del fruto es incomestible.
En la mayor parte de la Península, ya sólo se pueden disfrutar estos árboles en parques y jardines donde se conservan como el valioso tesoro que son. Aquí aún podemos pasear entre auténticos bosques que son un lujo desaparecido en casi toda España. Fuera de la línea que separa la España húmeda de la seca, las manchas forestales sobreviven en lo más recóndito de los sistemas montañosos, lejos del alcance de los leñadores. No está mal saber cuáles son los principales árboles de nuestros bosques. Sin duda, la observación y reconocimiento de estas sencillas especies les motivará mucho más en su paseo consuetudinario y podrán asombrarse explorando lo inmediato a nosotros, dándose cuenta al momento de que no es necesario ir a Magadascar para encontrar maravillas de la Naturaleza que es necesario conservar a toda costa, ya que estas nos rodean por todas partes; sólo es necesario tener cierto espíritu aventurero, afición por las Ciencias, buen humor y una buena guía de campo a mano.

jueves, 8 de diciembre de 2011

La pequeña fauna local: los pájaros urbanos


Urbanita perfectamente integrado: la Lavandera blanca, Motacilla alba alba,
encuentra el sustento en el medio urbano al que se ha adaptado completamente

Son variadas las especies de aves que sobrevuelan nuestro territorio y todas ellas tienen nombre. Durante muchos paseos he tenido la oportunidad de constatar esta variedad de especies que si bien no es tan notable como en otras zonas de la Península, no deja de tener su interés, aunque sólo sea por entretener a tus niños con algo a la vez didáctico, ameno y moralmente inocuo durante un paseo por el monte, lo que por lo general suele causar la admiración y asombro de los pequeñuelos cuyas miradas, gestos y curiosidad infantil son sin duda el mayor de los premios.
Y para eso, nada como saber un poco de Naturaleza e ir señalando a cuanto bicho viviente que se nos cruza en el camino. Conocer los más comunes no es difícil.

Es simbólico en nuestras cocinas el Petirrojo, Erithacus rubecula, por ser el pajarillo que más se acerca a ellas atreviéndose a posarse en el mismo alféizar de la ventana reclamando con su trino algún pequeño regalo de la cocinera. Extendidos por toda Europa, Asia Menor y por el E. hasta Siberia. Mide de 13 a 16 cm. y la mayoría de ellos emigran en octubre al Norte de Africa. Vive en el sotobosque espeso, parques y jardines. Construye su nido en el suelo en matojos de hierba, entre piedras, agujeros, etc., recubriéndolo con musgo, raicillas, pajas, pelos, etc. La hembra pone de 5 a 7 huevos amarillentos manchados de rojo y punteados. Come insectos, bayas y frutos.

Vistoso colorido: el Jilguero, Carduelis carduelis, es fácil de distinguir por
su bello plumaje de brillantes colores.

Los archiconocidos Gorriones, Passer domesticus, socorrida fuente de carne en muchos hogares, pueblan nuestras calles sin que reparemos en su presencia, tal es su grado de integración y adaptación al entorno urbano. Miden de 14 a 18 cm. Es el pájaro europeo más común y ha sido introducido en América y Australia. Construye su nido en oquedades o sobre ramas con pajas, pelo, fibras, etc. Tiene hasta cuatro puestas al año con 3 a 8 huevos de coloración variable, moteados y jaspeados. Se alimenta de semillas, brotes e insectos. Cuando era niño, uno de mis entretenimientos favoritos era soltar los cepos cebados con traidoras migas de pan preparados para cerrarse sobre los incautos pajaritos que algún trapacero vecino colocaba en la
tierra; nunca me pilló pero sospechaba con fundamento. Alguna vez hasta me llevé un par de leches. Otra cosa eran los que practicaban ese ilegal e innoble método de cazar con liga, un pegamento espeso en el que quedaban atrapados los animalitos.

Compitiendo con los gorriones por el espacio urbano está la Lavandera blanca, Motacilla alba alba, que vive aquí todo el año; es ese pajarillo gris claro con la garganta y la cabeza negras con un antifaz blanco, con una larga cola también negra y vientre blanco. Mide de 18 a 20.5 cm. incluida la cola. Muy extendido por toda Europa, Asia y Africa, construye sus nidos en agujeros de muros y oquedades semejantes. En primavera la hembra pone 5 o 6 huevos blanquecinos, densamente jaspeados y rayados. Se alimenta de insectos, larvas, arañas y gusanos. Las lavanderas tienen querencia por las cervecerías por lo que en Alemania son un pájaro simbólico en estos establecimientos.

Parecido al Jilguero: el Lúgano, Carduelis spinus, tiene un llamativo plumaje
de brillantes tonos verdes.
Con cierta frecuencia en primavera, suele visitar mi jardín un Jilguero, Carduelis carduelis, de brillante plumaje multicolor. Estos bellos pajarillos que además trinan muy bien, eran frecuentes como pájaros de jaula; los salvajes son aún más bonitos y habitan los bosques de frondosas y mixtos no muy densos, parques y jardines, cementerios, etc. donde consumen semillas principalmente y también insectos y larvas. Muy extendido en Europa, Asia Menor y Central y Norte de Africa. Nidifica a finales de Abril y tiene dos o tres puestas al año de 4 a 6 huevos blancos, jaspeados y punteados violeta y rojo. Mide de 13 a 16 cm.

Por la misma época en que el jilguero nos visita, suele aparecer otro pájaro que aunque algo más pequeño que el jilguero, es tan parecido a este que parece una copia del mismo en brillantes tonos verdes. Este pájaro verde es el Lúgano, Carduelis spinus, cuya hembra nidifica en las coníferas más altas, en la punta de las ramas. Llega a tener dos puestas de huevos blancos, jaspeados marrón rojizo, de 4 a 6. Come semillas e insectos. Mide de 11 a 14 cm. Extendido por Europa hasta Asia Central por el Este.

Emblemático visitante de las cocinas: el Petirrojo, Erithacus rubecula, es el
pájaro que más se acerca al hombre y merodea sin temor en la proximidad
de las cocinas, lo que le ha convertido en un símbolo y motivo frecuente en
la decoración de vajillas, manteles, baldosas y otros objetos relacionados con
la culinaria.
Otra frecuente y por lo general molesta visita a nuestro jardín es la del Mirlo común, Turdus merula, ese pájaro de color oscuro casi negro y pico amarillento cuyo hábitat principal son los jardines y parques donde nidifica en sus setos y árboles y encuentra sustento a base de caracoles, insectos, bayas y fruta. No suelen emigrar, sólo algunos marchan al Mediterráneo. Tiene mayor tamaño que los anteriores, entre 23.5 y 28 cm. La hembra pone 4 ó 6 huevos azulados  con muchas manchas, puntos y rayas marrones y grises. Se pueden aprovechar para el arroz o para alargar unas patatas guisadas si van a cazar y no encuentran nada mejor.

El Chochín, Troglodytes troglodytes, suele dar la lata toda la noche con su tí-tí-tí en su época de celo poniendo en guardia a todos los gatos del barrio. Además tiene una querencia especial por hacer esto delante de mi dormitorio. El cabroncete apenas pesa 9 gramos, mide de 9.5 a 11.5 cm. y come insectos. Vive en toda Europa, Asia templada y Norteamérica.

Pájaro ladrón: la Urraca, Pica pica, es conocida por su afición a recoger
objetos brillantes como cristales, joyas, medallas, etc., que llevan a su nido.

Todos hemos podido admirar el elegante vuelo de los cuervos en las laderas de Beloqui. El Cuervo, Corvus corax, es un animal dotado de gran inteligencia y establece complejas relaciones sociales entre miembros de la bandada. Se han observado conductas sociales extraordinariamente sofisticadas como acciones en grupo perfectamente organizadas y coordinadas, apareamiento de por vida con la misma pareja e incluso juicios contra individuos díscolos con juez, fiscal, abogado y cumplimiento de pena. Mantienen además de la misma pareja, la misma vivienda, reparando, mejorando y recontruyendo el nido que suelen hacer en árboles altos. Además imitan ruidos, aprenden códigos de lenguaje y se les puede llegar a domesticar y entrenar para cumplir misiones.

También otro llamativo córvido se deja ver en esta ladera que mira al pueblo, detrás del cementerio y la U.G.L.E.: la Urraca, Pica pica, conocida por su afición al hurto y latrocinio de objetos pulidos, metálicos o en general que brillen. Inconfundible por su larga cola blanca y negra, el ave mide hasta 45 cm. Anida en árboles altos y coloca sobre él una cubierta de ramas espinosas. Comen insectos, caracoles, semillas, bayas y pequeños roedores.

El diminuto y ruidoso Chochín: este incordiante chochín no es el de mi
calle pero también apunta maneras. El Chochín, Troglodytes troglodytes,
apenas pesa 9 g. y se nutre de insectos.

Es hábitat y se ha constatado la presencia del Camachuelo común, Pyrrhula pyrrhula, en nuestros montes, aunque personalmente no he logrado ver nunca a este regordete y colorido pájaro. Asímismo también es frecuente oir al Cuco, Cuculus canorus, infame okupa del bosque.

En Junio acuden desde Africa las bandadas de Vencejos, Micropus apus, que cazan insectos al vuelo con impresionante habilidad velozmente entre ruidosos chillidos. Están poco tiempo entre nosotros ya que apenas empezar Agosto emprenden el vuelo al Sur.
Un poco más de tiempo se quedan los Aviones comunes, Delichon urbica, parecidos a las golondrinas (Hirsundo rustica) que no anidan entre nosotros. El avión común también construye un nido con barro que adosa bajo los balcones y cornisas. Excelente volador, caza los insectos al vuelo. Emigra al sur del Sahara en Septiembre y regresa en abril.

Para un paseo ya es suficiente, estas son las especies que encontrarán en los primeros cien metros a su alrededor en cualquier lugar donde se encuentren. Conocer sus nombres no está de más y así podrá entretener a la grey infantil durante sus consuetudinarios paseos, algo que será siempre mejor que llevarlos de bar en bar, despertando su interés por las Ciencias Naturales de un modo ameno y su admiración por Vd, que sin duda va a quedar con ellos como un señor.

martes, 22 de noviembre de 2011

Mokele mbembe!!

No es Alien, tremebundo y glamouroso. No es el monstruo del lago Ness, esquivo y prehistórico. No es el siniestro Hombre del saco ni el siempre terrorífico Coco. Tampoco se trata de uno de esos misteriosos terrores nórdicos de intangibles formas semi-espirituales: la helada niebla, el viento veloz, la tormenta que arrebata a jóvenes díscolas y montaraces que se atreven a desafiar a la noche. No es el ubérrimo Hombre Lobo ni el sofisticado Vampiro. Por lo que se conoce, tampoco es un Ogro, Troll, Orco ni mutante que pertenezca a esta fauna. Algunos están apostando por el Yeti o por el Bigfoot, debo decirles que han perdido. Pero tiene algo de todos ellos y al mismo tiempo no se parece a ninguno.
Mokele Mbembe es el numen terrorífico que puebla las pesadillas nocturnas de los niños africanos, desde el sur del Sahara hasta prácticamente Zambia y Angola. Es decir, el Mokele mbembe es un mito común a la zona de selvas, al ancho cinturón de bosque tropical africano regado por el río Congo y sus afluentes, pantanos y sistema fluvial que forma un intrincado delta interior. Allí comete sus tropelías moviéndose a sus anchas lo mismo en la oscura selva que en el profundo río. En eso, su naturaleza de numen de los bosques y los ríos, se hace común a los mitos del bosque centroeuropeo sobre grandes seres tanto acuáticos como semi-acuáticos y terrestres, habitantes de ríos, lagos, pantanos, la profundidad del bosque o todo a la vez, a menudo peligrosos para los humanos por su naturaleza no sólo salvaje, sino sumamente agresiva y de instintos caníbales: trolls y ogros por ejemplo, son frecuentes como entes representantes del mal profundo en los cuentos fantásticos europeos.
El Mokele mbembe en efecto, tiene en los humanos una parte apetecible en su dieta mayormente carnívora y los testimonios de niños robados por él o encontronazos de cazadores con trágicos resultados, son frecuentes en todas las aldeas que viven en la selva o sus cercanías, especialmente entre los pigmeos de la selva del río Congo y las aldeas que bordean sus pantanos y ramificaciones. Pero el Mokele mbembe no es el Big Foot, y por lo que dicen quienes lo han visto está lejos de parecérsele. De hecho no es un bípedo antropomorfo como este y el Yeti, el Mokele mbembe no se sujeta ni camina sobre dos piernas. No es humano. Ni tan siquiera un gran primate.
Hay descripciones bastante detalladas del animal que descartan cualquier categoría antropomórfica: se trata al parecer, de un cuadrúpedo mayor que un elefante que vive en el agua realizando incursiones a la selva, con una gruesa y larga cola, cuello igualmente bastante largo y robusto, con un cuerno; huellas parecidas a las del hipopótamo. Este último por cierto, constituye junto con el humano una de sus presas más frecuentes. La descripción entronca al Mokele mbembe en la categoría de animal no humano, probable reminiscencia de los grandes animales del pasado tal como parece ser nuestro entrañable monstruo escocés.
Algunos científicos situaron el hábitat del animal en el río Congo y sus pantanos donde se han descubierto algunos indicios de su presencia. De hecho, a principios del siglo XX fue cazado un ejemplar por pigmeos pero al ser despedazada y posteriormente consumida la pieza no existe documentación gráfica alguna. Las descripciones de los cazadores coinciden con lo dicho anteriormente. Michael Fay en su Megatransect por toda la selva congoleña no encontró sin embargo,  vestigio alguno del animal. Entre los científicos hay un debate sobre la existencia del Mokele mbembe.
Si estáis en el bar y no tenéis otra cosa mejor que hacer, podéis interesaros por la cultura de algunos de los africanos que viven entre nosotros. Preguntadles de dónde son y si han oído hablar del Mokele mbembe. Senegaleses, guineanos, congoleños, cameruneses, zaireños, gaboneses o nigerianos estarán encantados de entablar conversación al respecto. Puede que os cuenten alguna cosa interesante y además así os daréis cuenta de cómo cada cultura engendra sus mitos y leyendas, aumentando de esta manera vuestro interés por la Antropología, ciencia cuyo cultivo os convertirá sin duda en mucho mejores personas con cada nueva página leída, con cada nueva idea meditada, criticada y al final asimilada convenientemente. Y haciéndoos preguntas seréis verdaderos intelectuales ya que el filósofo no es quien da las respuestas más que quien formula las preguntas.

sábado, 5 de noviembre de 2011

La hippy de Hampton Court

A las afueras de Londres se encuentra la elegante residencia real de Hampton Court que tuve la inolvidable ocasión de visitar siendo un muchacho de quince años, durante mi estancia en un curso de inglés intensivo de un mes largo de duración. Una de las actividades sociales eran las excursiones al patrimonio histórico y artístico británico y aquel día estaba programado visitar este imponente palacio de ladrillo rojo inconfundiblemente inglés.
El día era, como suele ser tan común allí, fresco y lluvioso a pesar de que estábamos a mediados de Julio. Un autocar nos trasladó desde Bracknell. Pronto estuvimos correteando por las avenidas y parques del complejo palaciego que cuenta con grandes jardines. En uno de estos jardines me topé con un gran laberinto de esos construidos con setos que me recordó automáticamente a la película de Michael Caine y Laurence Olivier "La huella", así que lo recorrí concienzudamente hasta llegar a su centro y luego vuelta hacia la salida para lo que me llevó su tiempo. El laberinto no es muy grande pero es suficientemente complicado como para entretener un buen rato a cualquiera.
Foto: B.R. el Blog de Bernar
Luego recorrimos las lujosas estancias del palacio, donde vivió Enrique VIII y llevó a cabo una buena parte de sus fechorías conyugales. En una de estas estancias una alta mujer al fondo de la estancia me llamó la atención. Debía formar parte del grupo aunque yo no había reparado en ella, éramos un grupo numeroso y variopinto. Me miraba fijamente con unos ojos enormes, húmedos y oscuros, extraviados y distantes; así que atraido por esta mirada que parecía llamarme, como así resultó ser, me acerqué a la misteriosa desconocida. Llevaba una colorida y ampulosa bata de un tejido como de tafetán estampado y un pelo rubio muy cardado y permanentado. Pensé que era una hippy o una inglesa de esas excéntricas adineradas medio colgadas. Estaba mortalmente pálida y cuando llegué a su lado me sonrió amablemente. Sostuve su glacial mirada que parecía enfriar el aire a su alrededor.
-I was looking you...You are so special... Don't ever change...lovely...don't...- su voz sonaba tan distante como su mirada. Parecía más un eco lejano que su propia voz.
Me pareció que balbucía palabras, que trataba de decirme algo, pero no conseguía entenderla, mi inglés entonces no era tan bueno. Tímidamente me disculpé y reparé en un pequeño revuelo que se estaba formando en la sala acerca de una repentina bajada de la temperatura. Ciertamente hacía un frío de ultratumba en esa sala y las mujeres se apresuraban a ponerse sus chaquetas de punto mientras comentaban divertidas que estas súbitas bajadas de temperatura suelen indicar la presencia de fantasmas. Cuando me volví a reanudar la conversación ya no estaba. Entre tanto revuelo, mi misteriosa dama se esfumó completamente y no la volví a ver en toda la excursión.
Unos años después vi en televisión una curiosa noticia: las cámaras de seguridad del palacio habían captado lo que al parecer era la imagen de un fantasma: el de la desventurada Catalina Howard, según dijeron los investigadores.
Emitieron el vídeo en cuestión y atónito vi a la mujer alta con el revuelto pelo rubio cardado, la ampulosa bata hinchada por el aire, el rostro pálido de grandes ojos y fina boca, almendrado e inconfundible: era la hippy con la que hablé en Hampton Court.

lunes, 31 de octubre de 2011

Viaje a La Demanda.


Primeras nieves en La Demanda

La Sierra de La Demanda es una estribación del Sistema Ibérico, una alta sierra que atraviesa La Rioja y parte de Burgos por el Sur-Este. Es esta parte de Burgos la que por conocerla mejor, ya que soy medio criado allí, voy a recomendarles para realizar un interesante viaje de fin de semana con el aviso previo de que se abstengan de ir los que no tengan ningún interés por el monte, la Naturaleza o las Ciencias Naturales, los deportes al aire libre como bicicleta de montaña, equitación o senderismo, el turismo rural o la caza y la pesca. La  Sierra de La Demanda es una grandiosa escapada a un paraje salvaje, casi virgen en muchos lugares de fascinantes paisajes y variada biodiversidad, donde los aficionados a perderse en interminables senderos entre seculares bosques de robles y hayas de mágica quietud o los incansables del pedaleo campo a través encuentran su paraíso aun sin masificar, patrimonio afortunado de unos pocos conocedores que acuden siempre que pueden a sus casas de montaña primorosamente reconstruidas con el dinero de los que en su día emigraron.
El cruce de Aguas Juntas
La Demanda vende bien como reclamo turístico y por esto muchos pueblos se autotitulan como pertenecientes a la Sierra, pero los que somos de allí sabemos donde empieza realmente y cuales son sus pueblos. La auténtica Sierra de La Demanda comprende los pueblos de Pineda de la Sierra, Riocabado de la Sierra, Barbadillo de Herreros, Monterrubio de Demanda, Barbadillo del Pez, Huerta de Arriba, Quintanilla de Urrilla, Neila, Quintanar de la Sierra, Monasterio, Terrazas, Salas de Los Infantes y todos los pueblos comprendidos en este perímetro. Me olvido de algunos bastante importantes y no quiero que se enfaden mis paisanos: Vizcaínos cómo no con su famosa iglesia románica y también Contreras; y no olvido a los de Tinieblas allá perdidos en lo más profundo del colosal Mencilla, oscuro y misterioso, ni a Hoyuelos de la Sierra desde donde se avista el torreón de Castrovido ya lindando con Salas y el llano donde finaliza la Sierra y el paisaje cambia.
Rosario de pueblos y aldeas que conforman un peculiar paisanaje con las gentes que viven allí todo el año, incluso en las duras condiciones del largo invierno serrano con abundancia de hielo y nieve. Este duro clima cincela el carácter de las gentes que se vuelve bravío y montaraz, de pocas y precisas palabras en correcto castellano, recio y práctico, modelado por el monte y la meteorología. Por lo que es mejor dirigirse a ellos sin falsa modestia y sin darse uno importancia. Al momento ven la clase de pieza que va por el monte.


La impresionante vista desde el San Millán a 2132 m.
 
Una vez metidos en ruta, La Demanda va descubriendo sus tesoros a los asombrados ojos del viajero que lo primero que percibe es la grandeza del paisaje de montaña con altas cimas frecuentemente nevadas y valles boscosos con cristalinos ríos que terminan el trabajo que inició la geología y las fuerzas tectónicas. Se pueden tomar desde Burgos dos rutas ambas igual de interesantes: por la carretera a Soria, pasando por Salas de los Infantes, milenaria villa cuna del famoso cantar de gesta, y por la carretera a Logroño vía Ibeas de Juarros, famosa por sus alubias, desviándonos luego en Arlanzón hacia la Sierra. Desde Arlanzón ya podemos dejar el coche y recorrer en bicicleta de montaña el trayecto que nos queda hasta Riocabado de la Sierra, en el corazón de la Sierra, por la antigua vía del ferrocarril minero que está habilitada como pista de bicicleta de montaña y ruta de caminantes. Es una buena matada, para el que esté bien entrenado. Además se nota la altura. Se puede ir también en coche por la carretera un tanto baqueteada que les llevará pueblo a pueblo en un inolvidable recorrido entre altas montañas y bellos valles vírgenes que se pueden recorrer a caballo. En Pineda de la Sierra hay un picadero que además de maravillosos paseos por rutas seleccionadas ofrece clases de equitación y servicios como alquiler y cría del propio animal. Pineda además es probablemente el más bello pueblo de la Sierra, con sus impresionantes casonas de gruesa sillería rojiza y su espectacular iglesia románica; cuenta también con un par de buenos sitios para comer, donde se puede degustar una buena olla podrida o unas lonchas de cecina de jabalí si hay suerte.

Naturaleza prístina

Tras Pineda empieza un largo recorrido. Tras cruzar el Arlanzón empiezan las tierras de Riocabado de la Sierra, corazón real de La Demanda, recorridas por la sinuosa carretera que corre paralela al Arlanzón que nace en estos parajes aislados y de aspecto virgen, cubiertos de una densa mata forestal de robles y hayas donde abundan los corzos, lobos y multitud de especies que harán las delicias de cualquier aficionado a la Naturaleza, pues es la Naturaleza en su estado puro y salvaje, prístino e intacto, lo que rodea al viajero que se ve trasladado según avanza por la carretera, a un mundo primigenio y auténtico donde recupera el sentido verdadero de conceptos como belleza o proporción, ante el espectáculo que se le brinda a sus ojos. Al cabo de un rato, la carretera gira bruscamente y aparece de repente la desconcertantemente alta torre de la iglesia románica de Riocabado, fin de nuestro viaje, donde podremos descansar cómodamente en su bien provista y acogedora casa rural.


La coqueta casa rural "La antigua Olma", en Riocabado de la Sierra
Por el otro camino también es un viaje tan atractivo como el anterior, sólo que digamos un tanto más civilizado, con una subida menos pronunciada. Iremos, como antes comentaba, por la carretera a Soria hasta Salas de los Infantes. Esta ruta pasa al lado de los pueblos y no por su centro por ser una carretera más principal con mayor tráfico, por lo que el contacto con el paisaje no es tan directo. Pasaremos por algunas desviaciones a tener en cuenta como la que va a Cogollos nada más salir de Burgos o la que lleva a Covarrubias, imprescindible ciudad medieval donde se puede comer un excelente cordero asado. Una vez llegados a Salas, debemos desviarnos atravesando esta villa  hasta encontrar la carretera a Nájera que nos llevará hasta el corazón de La Demanda atravesando todos los pueblos que encuentra a su paso, entre ellos Castrovido con su torre fortaleza medieval en restauración. Después de Barbadillo del Pez empiezan las tierras de Riocabado, esta vez con la carretera pegada al Pedroso que corre tumultuoso barranco abajo entre un impresionante desfiladero de altos acantilados de piedra resquebrajada con robles firmemente anclados en las laderas casi verticales con las raices hundidas en los canchales de piedra desprendida por las heladas. La Fuente de La Salud, de cristalinas y gélidas aguas que manan del interior de la roca, es parada obligada de refresco y primer contacto con el aire frío y el silencio de la Sierra. Al salir de este desfiladero se llega al paraje conocido como Las Aguas Juntas (es mejor ir con unos mapas topográficos por estos sitios) de donde parte una desviación que tres sinuosos Km. después perdidos entre montes y profundos valles cubiertos de robles nos  lleva a Riocabado de la Sierra, donde por fin podremos disfrutar de la acogedora habitación que tendremos convenientemente reservada en la Casa Rural.



Riocabado de la Sierra, en el corazón de La Demanda
Hay una tercera ruta para los más aventureros: por la carretera a Soria. al llegar a Barbadillo del Mercado nos desviamos hacia Contreras por un espectacular paisaje montañoso hasta llegar a Vizcainos con su famosa iglesia románica. Desde allí, a Barbadillo del Pez y seguiremos como antes.
Y sin pasar por Burgos se puede tomar una desviación antes de la capital castellana que nos llevará directamente hasta Atapuerca, famosa por lo que todos saben, de allí llegaremos a Arlanzón y procederemos como en el primer caso.
Después de una buena ducha, cena y descanso estaremos preparados para afrontar la jornada siguiente, ya perfectamente aclimatados, no olvidemos que estamos a 1150 m. sobre el nivel del mar. Eso en la iglesia del pueblo. A partir de ahí, todo es subir. Se puede subir en una mañana hasta los 2132 m. del San Millán, una más que recomendable excursión a pié para la que iremos preparados suficientemente ya que pasaremos allí el día dado lo largo del recorrido. Apenas hay senderos y el camino se intuye bien campo a través, con lo que el contacto con el sustrato y la naturaleza es total, teniendo muchas veces la sensación de ser el primero que pasa por allí. Llevaremos suficiente agua, provisiones y protección contra los elementos ya que una vez superado el límite arbóreo no tendremos ninguna opción de encontrar sombra. Siempre será recomendable ir con alguien que conozca la zona o por lo menos con unos buenos mapas topográficos, brújula y por supuesto un buen bastón. Esto no es el Himalaya pero tampoco es como pasear por los domesticados montes de Aizkorri.

En ruta por la Sierra

Una vez en la cima podremos disfrutar de las espectaculares vistas que ofrece la montaña mientras recuperamos las fuerzas. La Sierra de La Demanda se despliega ante nuestros ojos como si cabalgásemos sobre el lomo de un gigantesco titán prehistórico. Más lejos, otras sierras, otras montañas azules en la lejanía: los Picos de Urbión, San Lorenzo, incluso el Moncayo entre la canícula. A nuestros pies, muchos kilómetros cuesta abajo, la Meseta es como un mar rosa desde donde nos hemos elevado. Se puede intuir Burgos en la lejanía. Con unos prismáticos este espectáculo es amplificado para nuestro deleite, llevar unos ligeros de campaña es imprescindible. La sensación de plenitud es embriagadora, total; el viento frío y purísimo, cargado de aromas del campo y del bosque.  Es un buen lugar para iniciarse en el montañismo: es un recorrido fácil siempre que no se vaya con nieve, tiene cierta altura y el premio obtenido compensa con creces el esfuerzo empleado.
Otra opción es recorrer en bicicleta de montaña las rutas montañeras. Los aficionados a este deporte suelen tomar la pista del antiguo Ferrocarril Minero habilitada para bicicleta y senderismo. Se puede ir hasta Arlanzón por esta vía pero en mi opinión llegar a Pineda o visitar el vecino Barbadillo de Herreros con sus interesantes ferrerías, anteriores a las guipuzcoanas, será suficiente para un día.

Equitación al aire libre en Pineda


También es un buen lugar para los aficionados a las Ciencias Naturales que en estos parajes encontrarán multitud de curiosos especímenes tanto zoológicos como botánicos. Yo mismo tuve la ocasión de observar una enorme Lycosa Gigantea o Araña Lobo, también conocida como Tarántula Europea, que al parecer también encuentra su hábitat en las altas estepas serranas. Esta enorme araña impresiona bastante por su tamaño y además su picadura produce tremebundas necrosis muy difíciles de curar, por lo que no se le debe molestar. Vive en agujeros en el suelo. Un botón de muestra de la biodiversidad de la Sierra.
Después de pasarnos todo el día trotando, unas buenas chuletas de cordero asadas a la parrilla con un buen Ribera nos repondrán como es debido, recuperando las proteínas y sales minerales consumidas en la caminata. Luego existe la opción de salir a la noche burgalesa que en verano es animada, nunca faltan pueblos en fiestas. Si no estamos para tales desmadres, una vuelta bajo las estrellas después de cenar puede ser una experiencia inolvidable y romántica sobre todo si se conoce algo de Astronomía; un poco de maría y nos podemos ir a la cama escuchando sólamente el rumor de los animales nocturnos y el río a lo lejos.

sábado, 15 de octubre de 2011

La pequeña fauna local: las arañas

No tendremos que desplazarnos mucho a nuestro alrededor hasta encontrar una araña de cualquier familia. En la pequeña fauna que nos rodea continuamente formando parte de nuestro entorno cotidiano, nuestro hábitat común, sin que apenas la percibamos como leve molestia en el peor de los casos, los arácnidos son los seres más abundantes y que cuentan con más variedad de familias entre nosotros. También son de los más útiles ya que consumen ingentes cantidades de otros insectos que se convertirían en plaga sin la eficaz acción de estos aliados de ocho patas.
Los arácnidos son un grupo de especies que comprenden escorpiones, amblipigios, pseudo-escorpiones, opiliones, ácaros y las arañas propiamente dichas. Poseen ocho patas y un exoesqueleto duro compuesto de queratina y quitina. Suelen poseer ponzoñas de diversa potencia que les sirven como arma de defensa y ataque, bien para la caza o bien para defenderse de otros animales.
En Guipúzcoa no se ha documentado que existan amblipigios, esos espantosos animales que parecen sacados de una película de terror, que se pueden encontrar en algunas cuevas del reseco territorio de Aragón. Tampoco existen escorpiones de ningún tipo. Nuestro clima atlántico no es el adecuado para estos seres. Pero sí es el clima perfecto para las arañas que por lo general adoran la humedad. También son relativamente frecuentes los pseudo escorpiones o escorpión de los libros, minúsculo bichito que anida en los libros y bibliotecas. A mí me salió uno en mi biblioteca que habíase instalado tras un libro viejo.
Entre nosotros son bien conocidos los opiliones, esos frágiles bichos de ocho largas patas finas como cabellos que sostienen una bolita menuda que es el cuerpo del animal. Este dispone de ojos y carece de glándulas venenosas. Los opiliones son omnívoros y suelen agruparse en comunidades de varios individuos.

Acrobático habitante de las paredes:
La conocida araña de las paredes de patas largas, pholcus phalangioides,
es de origen tropical aunque se encuentra perfectamente adaptada a la vi-
da en el interior de las casas donde consume gran cantidad de insectos.   

Las arañas propiamente dichas tienen una sobresaliente y fascinante cualidad: todas son capaces de segregar un líquido que al contacto con el aire se convierte en un resistente filamento de seda. Todos sabemos lo que son capaces de hacer con esa seda, así que no me detendré en esto. También tienen glándulas de veneno que inyectan con los quelíceros. Allí donde estemos, en los cien metros inmediatos a nuestro alrededor encontraremos con mucha facilidad varias especies tan comunes como interesantes.
¿Quién no tiene en su casa una araña de las paredes de patas largas o pholcus phalangioides? Son esas delicadas criaturas de patas finas y largas como los opiliones, pero con un cefalotórax y abdomen bien diferenciados, así como quelíceros que inyectan veneno. Tan frecuentes que pasan desapercibido, cuelgan sus finísimas e intricadas redes de los techos, donde atrapan toda clase de insectos y si es posible a otras arañas, incluso más grandes que ellas. Todo lo que cazan lo envuelven concienzudamente en seda. Si se les molesta, se agitan frenéticamente en la tela, aunque debo decir que he observado parecido comportamiento en las araneus diademata de jardín. Mudan de piel dos veces al trimestre y si falta alimento se comen sus propias crías, mudas y hasta la tela. Se tiene la creencia de que su ponzoña es una de las más venenosas pero no hay documentación fiable al respecto. Qué les puedo contar, a mí me han picado a cientos y nunca me ha pasado nada. Esta araña es de origen tropical y posteriormente se ha adaptado a todo el mundo.
Las inquietantes Tegenarias, tegenaria atrica,  son conocidas por todos, son esas arañas oscuras, grandes, peludas, que cualquiera ha podido ver en la bañera o el lavabo de su casa, con las largas patas extendidas en actitud defensiva o de alerta. El tamaño considerable de la araña y el contraste del color oscuro del animal sobre el fondo claro de los sanitarios provoca que su aparición produzca una fuerte ansiedad en el observador que lo percibe como mucho mayor de lo que en realidad es y no suele dudar en atacar al desdichado arácnido que en realidad se había despistado. Especialmente grandes son los machos con patas de más de 10 cm. Estas poderosas arañas muy hábiles tejedoras suelen fabricar extensas telas en forma de sábana que sujetan a las esquinas de los lugares donde no hay limpieza frecuente. En el vértice de la sábana fabrican un embudo que es su casa donde permanecen reposando la mayor parte del tiempo. Si una presa queda atrapada en la tela, la audaz tegenaria sale con prodigiosa velocidad del fondo del embudo atacando a la víctima a la que inocula rápidamente su veneno. Hecho esto, la lleva al fondo de su cueva para devorarla con tranquilidad. La tegenaria fue elegida araña europea del 2008.
Colgada del centro de la red:
Una colorida araneus diademata en su característica postura de reposo
Frecuentísimas en nuestro paisaje son las arañas de jardín, araneus diademata, antes epeira diadema, o arañas de la cruz, o araña de la diadema, inconfundibles con sus colores abigarrados con una gama que va desde el rojo o amarillento al gris, pardo e incluso negro; abdomen abultado con una marca blanca en forma de cruz en el dorso. Tejen sus telas en forma de malla espiral muy resistente y se cuelgan en su centro cabeza abajo. Los puentes colgantes se inspiran en las mismas leyes físicas e idénticos cálculos estructurales y de resistencia de materiales que sujetan la atrevida ingeniería de estas telarañas. Sin embargo la araña carece de inteligencia y realiza todo esto sin efectuar cálculo alguno, todo por puro instinto; así que cada ejemplar repite el motivo impreso en su código genético una y otra vez sin introducir ningún cambio en toda su vida, aunque se ha comprobado que con la experiencia pueden llegar a improvisar y variar algo el patrón de fabricación de la tela. Las últimas investigaciones apuntan a que la araña aprende con la experiencia y dispone de varios patrones de configuración que escoge según cómo las circunstancias sean dadas. Elegida araña europea del 2010.
Si nos detenemos a observar con detenimiento una pared de hormigón cualquiera, no tardará en hacer su aparición la araña saltadora o cebrada, salticus zebraneus, pequeña araña de unos cinco o seis mm. que vive en las paredes exteriores de las casas donde encuentra rugosidades, huecos, grietas y recovecos donde caza, tiene su casa y hace su vida. Es capaz de realizar prodigiosos saltos de varios cm. con inusitada rapidez y agilidad. En época nupcial, el macho danza delante de la hembra. Esta teje la tela y cuida de la puesta. Es una araña de vistoso diseño a franjas blancas y negras, de cuya observación podremos disfrutar con una buena lupa dado el pequeño tamaño del espécimen.
De tamaño algo mayor es la araña de agujero, eresus niger, de 8 a 16 mm., cuyo macho tiene un vistoso abdomen rojo con manchas negras. Viven en agujeros que almohadillan con seda. A la salida dispone una tapa protectora e instala hilos de control para la caza en los alrededores.
La colorida y estilosa araña tigre, argyope bruennichi, de bellas franjas de brillantes colores sobre fondo negro, se puede ver en praderas soleadas en verano. Tiene un buen tamaño, mayor que el de la araña de jardín de cruz. Esta elegante araña de largas patas tiende una tela en forma de red circular con un llamativo refuerzo de hilo en zig-zag en el centro de la estructura. Es una tela de hilos tan fuertes que se puede oir su chasquido si los rompemos. El motivo es que la especialidad alimentaria de la araña son los saltamontes cuyas fuertes patas necesitan unos hilos especialmente resistentes. También se merienda a su novio después de aparearse. Estos animales son solitarios empedernidos y no toleran a nadie cerca.
 Inquietante habitante de las esquinas: la audaz Tegenaria atrica es frecuente en las casas
 donde sus apariciones suelen producir un gran revuelo dado el considerable tamaño 
del animal y su poderosa presencia. A pesar de su impresionante aspecto, es inofensiva. 
También es frecuente en los campos la araña del laberinto, agelena labyrinthica, una excepción en la extraña sociedad de las arañas, ya que tolera nidos cercanos con inusual indiferencia. Es frecuente ver campos en talud casi cubiertos con las telarañas de esta especie, o matorrales, setos, etc. donde le gusta anidar. No es tan oscura como la tegenaria y prefiere los exteriores bien ventilados; es una araña de color pardo grisáceo nada llamativo de tamaño algo menor que aquella y largas patas. Las construcciones de esta artista de la arquitectura son intricados laberintos de fina seda con un profundo embudo finamente tejido donde vive la araña esperando que algún incauto se enrede en su sofisticado dédalo. Entonces salta sobre ella con pasmosa velocidad y le inocula su veneno. Luego la lleva al fondo de su cueva donde la devorará en ese momento, o la envolverá en seda y la guardará para más tarde. Es la araña europea del 2011.
Ahora en otoño se puede ver en el bidegorri en dirección Azcoitia un curioso y macabro espectáculo. Por lo visto las arañas diademata están en plena eclosión entre Agosto y Octubre y se encuentran por todas partes, especialmente bajo las farolas, donde la abundancia de insectos es tal que las arañas toleran su propia proximidad y tienden docenas de telas, dando una siniestra exhibición de caza de insectos que caen en las redes por cientos. Se pueden ver a las arañas contra la luz descolgándose rápidas por los hilos unas, otras atrapando presas y envolviéndolas afanosamente en seda, procurando no perder ni un pobre mosquito. Es tal la cantidad de arañas que se acumulan que el paseo puede llegar a ser un tanto molesto para personas con cierta sensibilidad o prevención hacia los insectos.
Para los demás espero que esto les sirva para aumentar su curiosidad y disfrutar algo más de las pequeñas maravillas que casi sin darnos cuenta de su existencia, nos rodean por todas partes y sin que lo percibamos así, son mucho más importantes para nuestra vida, bienestar y comodidad de lo que imaginamos. Y además de brindarnos sus impagables servicios también son interesante objeto de estudio que sin duda hará las delicias de los aficionados a las Ciencias Naturales, añadiendo un interés estimulante y didáctico al consuetudinario paseo de cada día, a la vez que ese noble interés nos convierte en mejores personas y todo ello sin gastarnos ni un céntimo, vaya.

domingo, 2 de octubre de 2011

Mujeres, al paritorio; hombres, al cagadero. 2ª parte.



Foto: B.R. el Blog de Bernar
Escuchad de nuevo, piara degenerada. Mostaganes sin remedio.
Oh hombres en la edad viril, de penes pesados como badajos que cada vez os cuesta más levantar. De prominentes barrigas que os impiden ver vuestro propios miembros, que un día fueran desafiantes pitilines envarados, hoy devenidos en morcillones caducos. Usuarios de calzoncillo extenso como paracaídas, con sempiterno rastro de vil palomino marrón nicotina. Marranos que aún no habéis aprendido ni a limpiaros el culo.
Oh mujeres matriarcas de pechos extenuados por las lactancias y pezones extendidos como rosadas tortillas, amantes decepcionadas de vuestros maridos, tristes matrices abandonadas a su suerte después de utilizadas; vosotras a quienes se destinó a la producción de mamarrachos desagradecidos en lúgubres paritorios, cautivas en el falso matriarcado intramuros, devastadas por las humillaciones y abusos de los hombres que no merecieron jamás vuestro amor, escuchad bien.
Foto: B.R. el Blog de Bernar
Limpiad vuestros oídos mugrientos e intentad escuchar, tratad de comprender con lo que os queda de inteligencia humana. Vosotras que habéis probado ya las delicias del paritorio, vosotros que retozáis gozosos cada día en el cagadero.
Pues son incontables ya los años que lleváis sumergidos hasta el cuello en el lodazal de vuestra impiedad, en el tumulto enloquecido y disoluto, dándoos al desenfreno y a la molicie. Exponiendo,  sin el mínimo asomo de pudor ni piedad,  a los niños al escándalo convertidos en objetos de consumo, en símbolos de bienestar, en mascotas de ultralujo. Las niñas, patéticas aprendizas de meretriz;  los niños,  rufianes prematuros. Da vergüenza ver la conducta de algunos de estos niños y niñas, fiel reproducción de lo que absorben mirando a los adultos. Más vergüenza da aún ver a los padres de estos desdichados infelices, promotores de tan inapropiadas conductas.  Los jóvenes, buscando su futuro en el muladar inmundo de la televisión unos; otros, con el beneficio rápido a cualquier precio, sin complicaciones morales, como meta.  Y aún osáis preguntaros de donde vinieron los males que nos azotan como plaga de langosta, cómo hemos llegado a tan grave desmoronamiento social y moral, a esta ciudadanía podrida que ya no respeta ni la decencia, ni el derecho.
Llega el momento de la depuración de responsabilidades, del Juicio Final. Sí, arrepentíos pecadores impenitentes e irredentos. Nuestra hora está a punto de cumplirse. Hemos colmado la medida de la más abyecta depravación.
Oh Mujeres, ¿qué os han hecho?. Os han arrancado vuestro corazón de oro, colocando en su lugar una caja de hierro llena de gusanos: envidia, deseo, competición.
Foto: B.R. el Blog de Bernar
Oh proctófilos, que habéis convertido la nación en letrina con puerta de atrás, mejorando vuestro status quo a base de subvenciones robadas a las familias, prostituyendo el sagrado vínculo del matrimonio que pretendéis equiparar a vuestra coyunda infame, que no es más que simplegma degenerado, brutal y vicioso entre hombres invertidos, disolutos en la más pecaminosa crápula, cubiertos de vuestras propias heces fecales untadas sobre vuestras pieles como un paté inmundo, gozando alegremente cual puercos bestializados en la pocilga del cagadero. Semen desperdiciado en el ano de los cerdos.
Oh banqueros y políticos, contubernio infame de unos que se dedican a deshauciar y arruinar a los indefensos con el consentimiento cómplice de los otros que en lugar de proteger al pueblo, que los alzó próceres, se dedican a procurarse la mayor porción posible en el reparto de la nación, promulgando leyes que autorizan el robo con eufemismos rastreros y cláusulas imposibles de cumplir,  traicionando con frialdad criminal a quienes depositaron su confianza en ellos. Jugándose en timbas bursátiles, en quilombos financieros, en lupanares monetarios,  el dinero de todos para luego venir, con todo el cinismo que un sinvergüenza pueda tener, a pedirlo al pueblo cuando todo se ha perdido por su culpa, convirtiendo la ley en atraco con guante blanco,  para despacharnos finalmente con sonrisa disciplente y palmadita en la espalda, tras habernos sacado de nuevo los cuartos, una vez más engañados e indefensos rumbo al cagadero.
Cuando era niño contemplé un extraño espectáculo. Tenía un tío en la sierra que era carnicero y mataba él su propio ganado. Aquel día coincidió con que era día de matanza. Los corderos esperaban a oscuras, en silencio como dice la película pero con una agitación palpable que presentía la tragedia. Uno tras otro eran conducidos a través de un pasillo, al degolladero donde esperaba el carnicero con su afilado cuchillo de degollar, ancho y largo. No daré detalles de cómo usaba el cuchillo, de la manera terrible y decidida de matar sin dolor a un cordero, sin que sufra y ni se entere de que lo están matando. Morían mansamente sin apenas patalear, entregando sumisos su garganta al carnicero, y lo único que hacían sin emitir un gemido, la mínima queja, nada que denotase sufrimiento, era cagar.
Cagar y cagar, lo único que hacían. Pobres animales. Tal vez su única triste e inaudible queja. Mi hermano y mi primo no podían mirar pero yo estaba fascinado por la sangre corriendo y el espectáculo macabro de tanta muerte, que Dios me perdone por mi soberbia.
Foto: B.R. el Blog de Bernar
Los corderos se cagaban abundantemente, una larga cascada de cagarrutas,  mientras eran degollados, vaciando su intestino por completo. Un barreño de acero inoxidable colocado debajo del cuello recogía toda la sangre abundantemente vertida, de un refulgente escarlata al sol de la tarde. Servía para morcillas y otras sabrosas elaboraciones. Del cordero luego se aprovechaba hasta las pezuñas. Lo que más me gustaba ver era el despiece del animal una vez desangrado y desollado, con todos sus órganos limpios expuestos. Mi tío a la vista de mi científica curiosidad dióme todo tipo de detalles sobre la anatomía de la res: bofes, hígado, intestinos, músculos, señalaba cada una de las partes con sus nombres y utilidad. Todo es comestible o utilizable en el cordero,  hasta los huesos. También se hacen bellas prendas con su fina piel, que era parte del negocio.
Tal vez nos estemos convirtiendo en algo parecido, en mansos corderos viviendo en el engaño del cómodo establo hasta que llega la hora del carnicero al que nos sometemos además con sumisión y alegría estúpidas. Pastoreados por pistoleros y sacrificados por facinerosos, exprimidos hasta la última gota.
Mujeres, al paritorio; hombres, al cagadero.